Redacción T Magazine México
La temporada invernal de Tiffany & Co. se abre con un gesto cinematográfico, hablamos de Love Is a Gift, la nueva campaña dirigida por Jonas Lindstroem y fotografiada por Carlijn Jacobs, convierte a Anya Taylor-Joy en el hilo conductor de una historia donde el amor se despliega como un acto de entrega. Desde las calles nevadas de Nueva York hasta la intimidad de Londres y el resplandor de Tokio, la actriz británico-argentina recorre un mapa emocional que celebra la elegancia, la nostalgia y la belleza de los gestos simples.
La narrativa gira en torno a un símbolo: una cinta de satén blanco que serpentea alrededor de la icónica Tiffany Blue Box®. En su movimiento, une escenas, ciudades y personajes, revelando que el amor adopta múltiples formas —romántico, filial, fraternal, propio— pero conserva un mismo pulso.
Taylor-Joy porta piezas de las colecciones Tiffany ICONS —HardWear, Lock, T y Knot— además de joyas de la nueva línea Bird on a Rock by Tiffany, donde la casa rinde homenaje a su archivo histórico a través de reinterpretaciones contemporáneas. El resultado es un equilibrio entre sofisticación y ternura, un lenguaje visual que evoca los rituales del obsequio, sin caer en la literalidad del lujo.
El cierre ocurre en Nueva York, frente a The Landmark, la emblemática tienda insignia de la casa, donde la voz en off de Anya pronuncia la frase que condensa todo el relato: “El amor, en todas sus facetas, es el regalo más preciado.” Tiffany & Co. vuelve así a la idea de que la joya no se entrega, se comparte.
Fundada en 1837, la firma neoyorquina ha convertido el acto de regalar en un arte. Hoy, casi dos siglos después, la caja azul sigue siendo un contenedor de historias. Love Is a Gift no busca vender un objeto, nada más, sino compartir una emoción que se repite cada vez que alguien abre una de esas cajas y celebra la generosidad y la sorpresa.
