
Redacción T Magazine México
La antigua villa privada de la familia Florio, una de las dinastías empresariales más influyentes y acaudaladas de Sicilia, es hoy el hotel más glamuroso de Palermo: Villa Igiea. Una experiencia de alojamiento con autenticidad y encanto.
Este verano, quienes buscan un destino que combine belleza mediterránea, riqueza cultural y hospitalidad refinada, encontrarán aquí el escenario ideal. Uno de los destinos más sofisticados de Sicilia, donde la elegancia aristocrática del pasado se encuentra con el confort contemporáneo.
Con vistas al golfo de Palermo y a las aguas azules del mar Tirreno, son 72 habitaciones y 28 suites, todas decoradas de forma individual. El hotel combina el refinamiento del art nouveau con la artesanía local: interiores suntuosos diseñados por Olga Polizzi, en colaboración con Paolo Moschino y Philip Vergeylen del estudio Nicholas Haslam.

Construida originalmente como villa privada a finales del siglo XIX, la propiedad fue transformada por la influyente familia Florio en uno de los grandes íconos de la Belle Époque. A lo largo de las décadas, recibió a figuras ilustres como Nicolás II de Rusia, Eduardo VII del Reino Unido y J.P. Morgan, muchos de los cuales llegaban en yate a la costa de Palermo.
En las suites con vista al mar, destacan piezas originales del siglo XIX, como consolas y espejos antiguos, mientras que las terrazas privadas están amuebladas con tumbonas y lounges ideales para contemplar el atardecer siciliano. Villa Igiea es el refugio para disfrutar un verano atemporal en Sicilia, con glamour, historia y arte.