
Karina Dávila lleva 25 años dedicada al mundo de la belleza, aunque reconoce que llegó a la industria por casualidad. A los 13 años, relata la makeup artist y fundadora de Ámu Beautiful Tools, sus padres le dieron cien dólares para comprar ropa, pero en lugar de gastarlos en una chamarra o un vestido, los invirtió en unas sombras de Chanel de 98 dólares. “Mis papás se molestaron mucho en su momento, pero hoy entiendo mi creación”, recuerda entre risas. Tiempo después, Dávila fue invitada a tomar un curso de maquillaje en Guadalajara, una oportunidad que posteriormente la llevaría a dejar su profesión como comunicadora deportiva para abrir su primer estudio. Comenzó en un cuarto pequeño, pero pronto dio otro salto en su carrera con la inauguración de un beauty bar en Guadalajara que la impulsó a aventurarse en otros campos relacionados con la industria de la belleza. Y es que, a lo largo de su trayectoria, Dávila ha lanzado instrumentos como la brocha brazalete, una actividad que piensa continuar en el futuro. “El maquillaje ha sido mi voz desde siempre, no se trata solo de color y técnica, sino de expresión y libertad, de descubrir la belleza que ya existe en cada rostro”, dice.

Dávila se ha consolidado como una empresaria que entiende el negocio tanto como la técnica. En solo unos pocos años logró expandir su marca a puntos de venta estratégicos: Andares en Guadalajara, Masaryk en Ciudad de México, y tiendas en Monterrey, además de su plataforma amu.mx. Su apuesta es construir una experiencia de belleza profesional al alcance de más mujeres, sin perder la calidad que siempre la ha distinguido. Para ella, la profesionalización del maquillaje no empieza en la piel, sino en las herramientas. Desde su experiencia al frente de la marca, explica que un kit personal puede resolverse con cinco brochas bien diseñadas, mientras que el trabajo profesional exige al menos 15, además de una mayor variedad de esponjas y aplicadores. Su enfoque como empresaria se refleja también en la forma en que ha impulsado estándares de higiene y mantenimiento dentro de la industria: desarrolló protocolos claros para el cuidado de instrumentos —incluyendo jabones especializados y rutinas semanales de limpieza— que aseguran durabilidad, rendimiento y seguridad para el usuario. “Mantener tus brochas limpias habla de tu higiene personal”, afirma, subrayando la filosofía que guía tanto sus productos como la operación de su marca y que la ha colocado como referencia en la industria.

De cara a las incipientes fiestas de fin de año, Dávila recomienda la tendencia makeup no makeup; es decir, menos es más, y propone un look discreto con una base ligera como punto de partida, un rubor y contornos que sean fáciles de aplicar rematados con un sellado de sombras. Para los ojos, por su parte, sugiere un delineado suave, con un toque de ligero ahumado y preferiblemente difuminado. “Lo más importante es una ceja bonita, un buen rímel y labios bien trabajados”, matiza la especialista. A su juicio, en la actualidad el maquillaje no responde a una tendencia demasiado rígida, sino que hay una gran variedad de estilos en el mercado. La clave está en la capacidad de adaptarlo a la personalidad de cada uno, ya sea con opciones más clásicas, como los tonos nude —fundamental la esponja para lograr un efecto pulido y natural— , o más atrevidas, con colores sugerentes como el rojo y el tinto como protagonistas.

En cuanto al momento del desmaquillaje, clave en cualquier rutina de belleza, Dávila apuesta por productos “orgánicos y naturales”. Lo más importante es desmaquillarse todas las noches antes de aplicar las cremas apropiadas. La rutina gua sha y la aplicación de un pequeño masaje también ayudan a dar firmeza a los músculos de la cara”, continúa la experta en belleza.

Enfocada en la reciente apertura de la avenida Masaryk de la Ciudad de México, donde también tiene previsto ampliar su oferta a la realización de cursos y talleres, y en las futuras aperturas de Ámu en Torreón, Guadalajara y Monterrey, Dávila también prepara un servicio masculino de belleza enfocado en el cuidado de la piel y en la matización de efectos. Demuestra así que su larga trayectoria (un cuarto de siglo) no solo refleja su propia evolución profesional a lo largo del tiempo, sino también su capacidad para leer y adaptarse a las identidades estéticas de un país como México.
Para más información: amu.mx y @amu.mx.