Foto: cortesías de Rodrigo Santos.

Redacción T Magazine México

Concebida por Rodrigo Santos y codirigida junto con Federico Veiroj, la producción —resultado de la colaboración entre Sony Pictures Television Latin America y Dynamo— propone una mirada directa al mecanismo cotidiano de la corrupción, sin héroes ni grandes mentes criminales, sino ciudadanos comunes que encuentran una oportunidad para apropiarse de lo que nunca les ha pertenecido.

El proyecto está encabezado por Alberto Guerra y un elenco que reúne a intérpretes mexicanos y latinoamericanos como Ana Brenda Contreras, Christian Tappan, Andrés Almeida, Luis Alberti, Aldo Escalante, Jero Medina, Jesusa Ochoa, Paloma Petra y Majo Vargas. La serie parte de una investigación que combina testimonios reales, archivos periodísticos y asesorías especializadas para reconstruir la lógica que permitió operar un fraude de manera casi artesanal.

El director Rodrigo Santos describe a sus personajes como burócratas “mediocres”, personas que no poseen un talento excepcional, más allá de conocer íntimamente las grietas del sistema. Su valor narrativo reside justamente ahí: en la precariedad moral que permite justificar el delito desde una ambigüedad compartida. Uno de los momentos clave de la serie sintetiza esta tensión con una frase que podría funcionar como eje del relato, “Entre que se lo roben otros, a que me lo robe yo, mejor me lo robo yo”, un eco de cierta ética pública desgastada que se normaliza en muchos ámbitos del país.

A diferencia de los dramas de atracos espectaculares, Me late que sí apuesta por un realismo que rehúye el glamour y se sostiene en atmósferas modestas, oficinas grises y la rutina de las instituciones que, desde su propio desgaste, facilitan el crimen.
El resultado es un retrato de la corrupción como práctica estructural, pero también como terreno emocional donde caben la duda, la culpa, la sospecha y la tensión entre cómplices que intentan mantenerse unidos mientras el sistema entero parece hundirse.

Además del estreno, la serie coincide con un momento relevante para Rodrigo Santos, quien trabaja junto con Eduardo Díaz Casanova en un proyecto que retoma el secuestro de un avión mexicano en 1972, una historia que le permite explorar otro capítulo de la memoria política del país. La consolidación de su trayectoria —que abarca desde Belascoarán y Las muertashasta Sin querer queriendo— confirma su interés por narrativas donde el Estado, la ética pública y los silencios institucionales ocupan el primer plano.

Me late que sí esta disponible en Netflix desde el 14 de noviembre.

Foto: cortesías de Rodrigo Santos.
Foto: cortesías de Rodrigo Santos.
Foto: cortesías de Rodrigo Santos.

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