Foto: Cécile Rosenstrauch.

Redacción T Magazine México

En el universo de Gaspard Fleury-Dugy, el hilo no solo une, también piensa. Desde su estudio en París, el diseñador —nacido en 1999 y formado en la École Duperré y la Swedish School of Textiles— trabaja con una precisión obsesiva sobre lo que él llama “una escritura del hilo”. En su práctica, el tejido deja de ser una técnica funcional para convertirse en una forma de pensamiento matérico y poético.

Su serie Soft Objects es el resultado de años de experimentación con el tejido tridimensional, una técnica que combina la exactitud industrial con la intuición artesanal. En 2024, reinterpretó la figura clásica del jarrón; en 2025, la investigación se amplió hacia tótems y columnas, objetos que oscilan entre la sensualidad de las curvas de Niemeyer y la organicidad de una planta que crece a su propio ritmo.

El proceso, sin embargo, es tan importante como el resultado. Fleury-Dugy teje escuchando el sonido repetitivo de la máquina, que para él funciona como una respiración o un oleaje. Cada muestra nace del error, del azar, del encuentro entre hilo y movimiento. “Mi línea es el hilo, y la máquina es mi pluma”, ha dicho. En su estudio, los fragmentos de tejido se acumulan como pequeñas olas en espera de tomar forma.

Foto: Cécile Rosenstrauch.
Foto: Cécile Rosenstrauch.

Sus piezas dialogan con dos tiempos: el ancestral de la cestería y el contemporáneo del pixel. Las referencias van del diseño Memphis a los tonos iridiscentes de los insectos tropicales, pero sin grandilocuencia. Hay en su trabajo una elegancia contenida, una serenidad que contradice la saturación del mundo digital. Fleury-Dugy parece devolverle al color su capacidad de respirar.

Representado por las galerías BSL y Obras, el artista ha llevado su trabajo a ferias como Milan Design Week, Stockholm Furniture Fair y, próximamente, a la Expo Mundial de Osaka en 2025. Su obra se mueve con soltura entre el arte, el diseño y la artesanía, pero también entre la reflexión y el cuerpo. 


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