Créditos: cortesía de la marca.

Redacción T Magazine México

En la temporada Fall/Winter 2025–26, Fendi decide que el accesorio ya no es un adorno sino una declaración portátil. En pleno centenario, la casa romana no se limita a mirar su archivo con nostalgia. Lo reduce a escala, lo convierte en criaturas con biografía y lo cuelga de bolsos y sneakers. Así nacen los BFF Maxi y Mini Charms, una colección que oscila entre fetiche, juguete y memoria.

Los BFF —cada uno con nombre, carácter y vestuario— llevan consigo un gesto casi perverso: mini Baguettes y looks icónicos se vuelven objetos de coleccionismo que parodian la solemnidad de la herencia. “Silvia”, por ejemplo, viste una réplica del conjunto ecuestre diseñado por Karl Lagerfeld en 1967, aquel que Silvia Venturini Fendi llevó de niña y que, décadas después, recuperaron sus nietos para abrir el desfile del centenario. Una postal íntima transfigurada en souvenir de lujo.

Crédito: cortesía de la marca
Crédito: cortesía de la marca.

La “epidemia” de charms contagia al calzado. Las Fendi Match Platform Sneakers suben cinco centímetros y desplazan el logo FF para dar paso a un sistema de ornamentos intercambiables. Cada par suma tres piezas exclusivas según el colorway: muñecas con pompones de visón, etiquetas con la franja Pequin en su eterna contradicción “logo/no logo”, trenzas de agujetas tipo hiking que terminan en pompones bicolor. La paleta es precisa, sin concesiones: crema y caramelo, menta y blanco, rosa empolvado y crema, café y crema.

Crédito: cortesía de la marca.
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La propuesta, más que capricho, delinea un discurso. Un lujo modular donde archivo, customización y circularidad conviven en el mismo objeto. En un 2025 marcado por la polémica en torno a los materiales —la piel animal en primer plano—, Fendi elige encuadrar la conversación en sus propios términos.


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