Redacción T Magazine México

Silvia Zacchello vive entre los fragmentos de lo que otros desechan. En su taller, una silla olvidada, un vaso astillado o una mesa cansada encuentran un nuevo lenguaje. Su práctica se centra en la recuperación de objetos de segunda mano, transformados mediante la pintura y la recomposición hasta convertirse en piezas llenas de ironía, energía y color. Está formada en la Accademia di Belle Arti de Venecia, Zacchello combina su conocimiento técnico con una intuición lúdica que la ha llevado a colaborar con marcas internacionales como Paul Smith, Lipton Ice Tea, Bostik, Schneider Pen y Pinterest. Cada uno de sus proyectos conserva la esencia del objeto original, pero lo libera de su obsolescencia para volverlo protagonista de una historia distinta.

Su estética es pop, vital y profundamente italiana. Lo que podría ser trivial adquiere una potencia visual inesperada. En su universo, lo cotidiano se vuelve excusa para reflexionar sobre el consumo, el valor del tiempo y la belleza que sobrevive al desgaste.

Zacchello no recicla, resignifica. Con humor y precisión cromática, convierte lo que iba a desaparecer en un gesto de permanencia.


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