Foto cortesía del FIC Los Cabos.

Carolina Chávez Rodríguez

La mañana comenzó con una sala iluminada por el tipo de expectativa que solo despiertan los proyectos que se están reinventando. En Cinemex Market Galerías, el Festival Internacional de Cine de Los Cabos reveló la ruta que definirá su edición número trece, un gesto que confirma su transición hacia un organismo más complejo, más atento a lo que sucede dentro y fuera del cine, y más consciente del territorio que lo sostiene.

Daniela Alatorre, directora de IMCINE, abrió la conversación desde un lugar que pocas veces se dice con claridad; los festivales son nodos que mantienen al cine mexicano respirando. No solo muestran películas, sino que generan encuentros, conversaciones y posibilidades que no ocurren de manera orgánica en un país donde la industria se fortalece a contracorriente. Su intervención colocó al FICLosCabos dentro de esa cartografía indispensable.

Paola Desentis, directora general del festival, habló de algo que va más allá de un programa. Definió esta edición como una plataforma que se estira hacia múltiples direcciones: cine, música, arte digital, experiencias inmersivas, animación, pensamiento contemporáneo. #BeyondTheScreen no es un lema, sino un movimiento que nace del propio paisaje sudcaliforniano, ese cruce indecible entre desierto y mar que obliga a observarlo todo con otra sensibilidad. La Marina de Puerto Los Cabos se convierte entonces en punto de partida, escenario y símbolo.

En ese mismo tono, Juan Patricio Riveroll presentó el músculo industrial que sostiene al festival. El renovado Fondo Fílmico Gabriel Figueroa —con 97 proyectos inscritos este año y cinco seleccionados— confirma un compromiso sólido con el desarrollo profesional. La Baja Inspira, que recibió más de 1,600 propuestas, demuestra que el territorio es fértil cuando se le permite hablar. Y la integración de animación como eje programático inaugura una conversación urgente: la de un lenguaje que ya no admite ser periférico.

Luego vino Ximena Lamadrid, cuya mirada curatorial diseña puentes entre la tradición y el riesgo. La programación reúne largometrajes internacionales, competencia mexicana, cortometrajes emergentes y las piezas finalistas de La Baja Inspira. Todo dialoga. Todo respira en sincronía con un festival que quiere expandir su definición sin renunciar a la calidad cinematográfica.

El anuncio del spot institucional terminó de revelar el espíritu de esta edición. Dirigido por Sebastián Torres Greene, es una pieza animada cuadro a cuadro que recupera una antigua creencia: las perlas nacen de la esencia de la luna que cae sobre el mar. El resultado es un relato visual que reinterpreta la tradición perlífera de Baja California Sur en clave poética, casi mitológica. La animación —producida junto a Sinapsis Cine y sonorizada por ArtKingdom— funciona como un recordatorio de que el cine también es un lenguaje que se escribe con luz, tiempo y silencio.

Un festival que piensa el cine más allá del encuadre. Foto cortesía del FIC Los Cabos.

Lo que el festival propone este año no es únicamente una programación, sino una manera distinta de habitar el cine. Del 10 al 14 de diciembre, Puerto Los Cabos se convertirá en un territorio donde la creación se despliega como un gesto colectivo, donde la película no termina en la pantalla y donde el desierto y el mar vuelven a ser las primeras narrativas.

La décimo tercera edición del FIC Los Cabos no llega con estridencia, sino con intención. Un llamado a creadores, espectadores y viajeros a sumergirse en un universo que entiende al cine no como industria aislada, sino como comunidad en movimiento.

Boletos y programación disponible en festivaldecineloscabos.mx

Cartel oficial, cortesía del FIC Los Cabos.

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