Crisol Luminis y Crisol Umbra, esculturas que son opuestos complementarios y que resguardan el arte líquido. Sus reflejos dialogan en una danza de luces y sombras. Crédito: Cortesía de la marca.

Redacción T Magazine México

El Hierofante es la figura que guía desde lo terrenal a lo divino. Bajo esta visión, este nombre se convirtió en el emblema perfecto para el proyecto artístico: Loco Hierofante. No es solo un espirituoso; es una pieza que se rehúsa a encajar en moldes. 

En esta obra de arte convergen tres talentos artísticos: Alberto Navarro, maestro tequilero, dio vida a un tequila indómito y dual: Luminis y UmbraJan Hendrix, artista visual, creó los Crisoles y los Diafanes, esculturas que dialogan con la luz y la sombra para resguardar el elixir. Iker Ortiz, orfebre contemporáneo, diseñó el tapón y la base con acero y Corian, símbolos de equilibrio entre lo sólido y lo sutil que coronan la obra.

Los talentos artísticos detrás de Loco Hierofante: el orfebre Iker Ortiz, el artista visual Jan Hendriz y el maestro tequilero Alberto Navarro. Crédito: Cortesía de la marca.

Loco Hierofante se sostiene en la misión de producir el tequila más puro y honesto del mundo”, afirma su creador, Alberto Navarro.

Luminis surge de la pureza del suelo volcánico de El Arenal, Jalisco, y encarna el equilibrio entre sol, tierra y agave. Por otro lado, Umbra se adentra en la dimensión de lo divino y el misticismo, un espacio donde la llamada participación de Los Ángeles sustrae parte del espíritu para elevarlo al cielo, dejando en la tierra su esencia más profunda.

Edición Luminis, el arte líquido de Alberto Navarro con destellos color dorado. El Crisol escultura de luz de Jan Hendrix y la base y tapón de Iker Ortiz forman un homenaje a la unión sagrada entre tierra, sol y agave. Crédito: Cortesía de la marca
Edición Umbra. El arte líquido de Alberto Navarro con notas ambarinas. El Crisol, escultura de luz de Jan Hendrix y la base y tapón de Iker Ortiz conectan con la participación de los ángeles y la divinidad. Crédito: Cortesía de la marca

Cada sorbo se convierte en revelación, y cada pieza —Crisoles, Diafanes, orfebrería, arte líquido— en ritual, donde tiempo, tierra, luz y agave se transforman en un puente entre lo visible y lo invisible, lo material y lo espiritual.

Cada edición de Loco Hierofante está limitada a solo 25 piezas, convirtiendo cada escultura en un legado irrepetible.

Deleitarse con Loco Hierofante significa entrar a un círculo selecto llamado Eón Hierofante, reservado para quienes buscan experiencias que van mucho más allá del lujo tradicional.

Eón Hierofante, círculo exclusivo y guardianes de la obra Loco Hierofante. Crédito: Cortesía de la marca.

A través de un concierge personalizado, los guardianes de la obra acceden a privilegios únicos, como la recarga de crisoles en un ritual de vinculación, cenas privadas, exposiciones con artistas invitados y más experiencias selectas diseñadas a la medida.

La Máquina del ritual de vinculación de Eón Hierofante reabastece los Crisoles con el arte líquido. Crédito: Cortesía de la marca.

Explora la locura que inspira, y descubre más de loco hierofante en: locohierofante.mx

Jan Hendrix, artista neerlandés-mexicano, creador de los Diafanes y los Crisoles. Crédito: Cortesía de la marca.
Iker Ortiz, orfebre contemporáneo mexicano, diseñó la base y el tapón, piezas que coronan la obra. Crédito: Cortesía de la marca.
Alberto Navarro, Director General, Creador y Maestro Tequilero de Loco Tequila. Crédito: Cortesía de la marca.

TE RECOMENDAMOS