Una vista del valle desde Rifugio Val di Togno, una posada de cinco habitaciones en Italia. Crédito: ©Marthe Hoet.



Por Gisella Williams

“Durante algún tiempo, mi padre, que es escritor, soñó con encontrar una pequeña cabaña en los Alpes donde, en invierno, la nieve pudiera dejarle aislado durante semanas”, dice la hotelera belga Luna Lybeer. Finalmente, sus padres encontraron una cabaña abandonada en el borde del valle de Valtellina, que se extiende desde el extremo norte del lago de Como hasta Bormio, en Italia, y se la cedieron a Lybeer y a su esposo, Wout Allegaert. La pareja transformó el antiguo puesto de aduanas del siglo XX (construido para impedir el paso de contrabandistas entre Italia y Suiza) en el Rifugio Val di Togno, un hotel de montaña de cinco habitaciones con ventanales de cristal del piso al techo que abrió sus puertas en 2023.


Después de llegar a Arquino, el pueblo más cercano, los huéspedes son recogidos en un vehículo con tracción en las cuatro ruedas que los lleva 30 minutos montaña arriba, “a través de unas 27 curvas”, dice Lybeer. También pueden optar por hacer una caminata de dos horas. 


La propiedad, que es completamente autosuficiente –el agua procede de un manantial cercano y la electricidad de una turbina hidráulica–, ofrece a los huéspedes servicio de todo incluído. “No hay ningún otro lugar cercano donde comer”, dice Lybeer. Ella y Allegaert hornean pan de masa madre y preparan platos vegetarianos como risotto con setas silvestres del bosque y verduras de su huerto, mientras que los huevos proceden de sus gallinas. “También hacemos una cerveza muy buena con ortigas”, dice. Los quesos artesanos proceden de su amigo Tito, un pastor cuyas vacas (junto a aquellos huéspedes que también lo deseen) a veces ayudan a pastorear en un prado de cercano.

www.rifugiovalditogno.com


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