
Por Chanel Parks
“La idea más equivocada sobre las brochas es pensar que necesitas cien”, afirma la maquilladora Diane Kendal, quien también es directora creativa de Rabanne Beauty. “A menos que seas profesional, es mejor contar con solo unos pocos y lavarlos regularmente”. La maquilladora radicada en Nueva York Linda Gradin estima que la mayoría de las personas necesita apenas de tres a siete pinceles para el uso diario: para igualar el tono de la piel, dar un toque de color a las mejillas y crear looks de ojos simples y bien definidos. Los mejores pinceles pueden incluso cumplir doble función; por ejemplo, puedes aplicar el labial con un pequeño angular para delinear los ojos. Y aunque maquillarte con los dedos puede ser genial –el contacto directo con la piel calienta las fórmulas, ayudando a que se difuminen fácilmente–, necesitas pinceles si buscas precisión y acabado.
A continuación, los estilos esenciales que debes tener a mano y cómo limpiarlos.
Base
Si prefieres la base en polvo, un pincel de tamaño medio con cerdas sueltas, como el Ultra Plush Powder Makeup Brush de Real Techniques, puede distribuir el producto de forma uniforme para lograr un acabado mate sin que se vea pastoso. Las opciones con cerdas muy compactas, como el Clean Foundation Brush de Westman Atelier, son las más efectivas para extender fórmulas líquidas y en crema por la piel, sin absorber demasiado producto ni dejar rayas. Y cabe destacar que, si bien las esponjas de maquillaje funcionan para conseguir un acabado de alta cobertura y efecto aerógrafo, retienen más bacterias y piel muerta que los pinceles, es mejor reservarlas para ocasiones formales y puntuales.
Corrector

Al cubrir pequeñas imperfecciones o zonas de hiperpigmentación, muchas personas “cometen el error de aplicar demasiado producto”, comenta la maquilladora Lauren Parsons, lo que puede provocar u efecto pastoso y resaltar aún más el área. En su lugar, corrige de manera precisa utilizando un pincel de punta pequeña, como el Spot Check Brush de Westman Atelier.
Para cubrir áreas ligeramente mayores, como los círculos bajo los ojos, o para contornear zonas intrincadas como la nariz, prueba con un pincel más grande con punta en forma de pata de ciervo, como el Liquid Touch Concealer Brush de Rare Beauty. Este tipo de aplicador se difumina bien y puede incluso ayudar a “distribuir el producto hasta obtener una textura similar a la de un hidratante con color”, comenta Parsons.
Mejillas

Un buen pincel para rubor y bronceador debe ayudarte a construir diferentes niveles de intensidad de color, desde un aspecto difuminado hasta un rubor pronunciado. El Elite Oval 7 de Artis, grande y redondeado, tiene forma similar a las manzanas de las mejillas, permitiéndote aplicar una capa de pigmento de un solo trazo, y funciona con fórmulas en crema, líquidas y en polvo. Si solo vas a aplicar fórmulas en crema o líquidas, el No. 15 Blush Brush de Hourglass hará el trabajo. Alternativamente, el Dual-Ended Blush Brush de Patrick Ta cuenta con un lado para polvo, con cerdas sueltas y forma redondeada, y otro lado para cremas o líquidos, que es más denso y ligeramente plano en la parte superior.
Ojos

Puedes crear una variedad de looks con solo cuatro tipos básicos de pinceles:
Un pincel ancho y cónico, como el Large Classic Shadow Brush de Surratt Beauty, es ideal para barrer un solo tono por todo el párpado o para difuminar un color oscuro en los bordes exteriores y añadir definición. El extremo cónico genera una ligera resistencia contra la piel, lo que facilita dirigir la sombra, según explica Gradin.
Un pincel pequeño y esponjoso, como el No. 4 Crease Brush de Hourglass, es perfecto para añadir dimensión a las hendiduras con tonos oscuros o neutros o para crear un smokey eye.
Para la aplicación precisa de sombra o delineador en gel, “un borde fino puede alcanzar zonas pequeñas como la línea inferior de las pestañas”, indica Kendal. Prueba un pincel inclinado, como el 263 Synthetic Small Angle Brush de MAC, que también se usa para rellenar las cejas.
“Lo que más puede transformar un rostro con un mínimo esfuerzo es simplemente peinar las cejas hacia arriba”, comenta Parsons. Utiliza un spoolie, como el 204 Lash Brush de MAC, para levantarlas y darles forma.
¿Cómo limpio mis pinceles?

“La mayoría de las personas no limpian sus pinceles lo suficiente”, comenta Kendal. Sin embargo, la acumulación de producto puede obstaculizar su rendimiento y causar inflamación y brotes, señala Parsons. Tanto ella como Gradin recomiendan limpiar los pinceles cada dos semanas. Aquí tienes una rutina simple y efectiva:
Vierte en la palma de tu mano una cantidad del tamaño de una moneda pequeña de un jabón suave y sin perfume, como el Head-to-Toe Baby Wash de Johnson’s.
Pasa las cerdas del pincel por agua corriente y “lava el pincel suavemente contra la palma”, según indica Gradin, utilizando movimientos de ida y vuelta o circulares. Repite hasta que el agua salga clara.
Exprime y da forma a las cerdas con tus manos para eliminar la mayor cantidad de agua.
Deja que el pincel se seque completamente sobre una toalla de papel o un paño. “Debe colocarse plano para que el agua no se filtre en el ferrule –el anillo metálico debajo de las cerdas– y afloje el adhesivo”, explica Kendal.
Utiliza un spray antibacterial entre lavados, como el Daily Brush Cleaner de Sephora, y guarda tus pinceles en un estuche separado del resto de tu maquillaje para evitar que las cerdas se dañen por otros utensilios, recomienda Gradin. Una buena opción es el convertible Beauty Pochette de Kevyn Aucoin. “Pero también podría ser un estuche para bolígrafos normal”, añade.
Maquillaje de Linda Gradin para L’Atelier. Modelo: Alexis Brookins de Supreme. Asistente de fotografía: Timothy Mulcare