
Redacción T Magazine México
Si hablamos de alta joyería, los símbolos suelen repetirse hasta perder filo. Tiffany & Co. lo sabe: Bird on a Rock, diseñado por Jean Schlumberger en 1965, se ha convertido en emblema de coleccionistas y vitrinas, pieza de culto que resume una cierta ironía elegante; se trata de un ave posada sobre una piedra. Este septiembre, el icono se reinventa con un gesto singular, obviamente se trata de rendir homenaje a México.
El broche porta una turmalina verde de 24.48 quilates, acompañada de esmeraldas, rubíes y diamantes que, por primera vez, se engastan para reproducir los colores de la nación. Un juego entre el savoir faire de la maison y la carga simbólica de un país al que Tiffany estuvo ligado desde principios del siglo XX, cuando Louis Comfort Tiffany diseñó el telón de mosaico de vidrio del Palacio de Bellas Artes. ¿Lo sabías?
Más de 150 horas de trabajo fueron necesarias para materializar la pieza, que a la vez celebra la maestría de sus talleres y la memoria de ese vínculo histórico. No se trata solamente de nostalgia, el broche inscribe a México en la tradición de Tiffany con un gesto que es tanto artesanal como diplomático, recordando que el lujo puede ser también un archivo de afectos y alianzas. La premisa sigue partiendo de un ave posada.