
Por Eleni N. Gage
Las Cícladas, posiblemente el grupo de islas más emblemático de Grecia, deben su nombre a que, si se entrecierra los ojos, las 30 islas principales forman un círculo, o kyklos, alrededor de la isla sagrada de Delos, cuna de los dioses gemelos Artemisa y Apolo. En la curva suroeste de ese círculo se sitúan Milos, Sifnos y Serifos, tres islas del Egeo que comparten una belleza agreste y salvaje debida en parte a los minerales que las convirtieron en centros mineros hasta bien entrado el siglo pasado. (La minería continúa en Milos, donde compite con el turismo como una de las principales industrias).
Las tres ofrecen también excelentes playas, rutas de senderismo, tabernas frente al mar y pueblos encalados en lo alto de colinas que datan de la época medieval. Pero cada isla tiene su propio sabor. Sifnos suele atraer a los amantes de la gastronomía con sus tradiciones culinarias y su historia. Sifnos, cuna de Nikos Tselementes, autor de los primeros libros comerciales de cocina griega a principios del siglo XX, alberga Omega 3, el famoso restaurante especializado en marisco fundado por el chef Giorgos Samoilis, doctor en biología molecular. Serifos es la preferida de senderistas y ciclistas, mientras que Milos, la mayor de las tres (con 5.000 habitantes), atrae a quienes buscan un ambiente más animado y están deseosos de posar en el paisaje lunar de la playa de Sarakiniko.
Solo Milos tiene aeropuerto (el vuelo desde Atenas dura sólo 40 minutos), pero todas las islas son accesibles desde capital, y entre sí, en Seajet de alta velocidad y otros transbordadores. (El viaje en Seajet de Milos a Serifos dura poco más de una hora; a Sifnos desde Milos, algo más de media hora; y entre Sifnos y Serifos, unos 20 minutos).
Sea cual sea su visita, es imprescindible que se suba a un barco para contemplar las espectaculares costas de las islas y nadar en el islote deshabitado de Polyaigos. «Hay muchas rocas interesantes, así que es como navegar por un parque escultórico», explica Natassa Kalogeropoulou, ceramista que vive y trabaja en Serifos. “Y nadarás en las mejores aguas que hayas visto en tu vida”. En este artículo, Kalogeropoulou y otros tres lugareños y visitantes de toda la vida comparten sus lugares favoritos de las tres islas.
Los insiders

Giorgos Atsonios, nacido y criado en Sifnos, regresó a su isla natal tras estudiar y trabajar en Atenas. Dirige Café Mosaico, un restaurante de meze en el pintoresco pueblo de Artemonas.

Natassa Kalogeropoulou, ceramista, administra Kerameio, un estudio, galería y taller de cerámica en la isla de Serifos.

Lito Karakostanoglou, el diseñador de joyas basado en Atenas detrás de Lito Fine Jewelry, visita las Cícladas suroccidentales desde hace 15 años.

Alexandra Kehayoglou, artista textil greco-argentina, llegó por primera vez a Milos en 2015.
Ilustraciones de Richard Pedaline
Dormir

“Las villas de Skinopi Lodge, cerca del sitio de una antigua mina de obsidiana con vistas a la bahía de Milos, son increíbles. La propietaria, Nausika Georgiadou, siente un profundo amor por la naturaleza de Milos. Y vimos nuestro primer delfín en la costa de la isla, por lo que es un lugar especial para nosotros”.
“Hay un hotel nuevo llamado Volcano Luxury Suites junto a la playa Palaiochori, en Milos. La misma familia tiene un restaurante llamado Sirocco, donde cocinan los alimentos en la arena volcánica. Todas las generaciones trabajan allí. Puedes ver al papou, el abuelo y propietario entrando al océano con un pequeño bote”. — Alexandra Kehayoglou
“El hotel Rizes tiene una vista fantástica de Chora, la capital de Serifos, donde las casas se construyeron [en una colina] para formar un gran muro que protegiera a la gente de los piratas que solían asaltar las islas”.
“La arquitectura minimalista y moderna de las villas Homa, situadas sobre Vagia, una de las playas más bonitas de Serifos, también es muy impresionante. En esa misma playa se encuentra el hotel Coco-Mat, ubicado en el sitio de un antiguo campamento minero, que intenta ser muy ecológico y cercano a la naturaleza”. — Natassa Kalogeropoulou
“Verina es una pequeña empresa que posee tres hoteles en Sifnos, todos buenos. Uno de ellos, Verina Astra, se encuentra en una colina en el camino a Poulati, uno de los mejores lugares para nadar, debajo del monasterio Panagia Poulati. Solo hay rocas, no hay nada más. Tienes que ir cuando el mar está en calma. Si el viento sopla fuerte desde el norte, puede ser peligroso. Pero el lugar es realmente bonito”. — Giorgos Atsonios
Comer y beber

“En Milos, Medusa está ubicada sobre la bahía en Mandrakia, y puedes ver el comienzo de la playa Sarakiniko y todas esas rocas blancas. Tienen un menú pequeño, pero todo es increíble. Parte de la comida la cocina la madre del dueño. Me gustan especialmente las anchoas marinadas”.
“Embourios es un restaurante local a media hora en coche desde Adamas, el puerto principal de Milos, por lo que te ofrecen lo que tienen. A veces cabrito, productos de su propio huerto o, si salen a pescar, algo de barbounia, una pequeña lisa roja. Sea lo que sea que tengan, lo ponen en el menú. Y puedes ver toda la costa [norte] de Milos”. — A.K.
“En el lado norte de Serifos se encuentra la playa Sykamia, con To Akrogiali tou Vitou, también conocida como la Taberna de Anna. Está justo en la orilla, donde se cruzan dos rutas de senderismo, y la mayoría de las verduras se cultivan en el jardín contiguo. Hay algunos escondites cerca muy buenos para nadar, en la playa Skala”. — Lito Karakostanoglou
“Serifos cuenta con un agradable restaurante tailandés, Blue Bamboo, ubicado en un lecho seco de río en Livadi. Puedes oír el susurro del bambú en la brisa y el barman prepara excelentes cocteles. En Chora, la capital de Serifos, me gusta Marathoriza. La cocinera es de Serifos y conoce la cocina tradicional –tarta de hinojo servida con miel, papas fritas, cordero con salvia y garbanzos en cazuela, uno de los platos locales más famosos–”.
“Otro buen lugar en Chora, justo en la plaza, es Seriani Restobar. Pide el risotto con camarones y mejillones o el gallo con fideos. Y hay un excelente bar de cocteles, Thidira Tap Bar. Mi bebida favorita allí es el London Mule: ginebra, lima y ginger beer”. — N.K.
“En la bahía de Seralia, debajo del pueblo Kastro en Sifnos, Cantina es imprescindible para disfrutar de la cocina local acompañada de vinos de los Balcanes. Llevan cinco años insistiendo en una cultura de mínimo desperdicio. También me encanta su restaurante hermano, Pelicanos, en la playa Faros, para disfrutar de cocteles durante todo el día y ostras a la hora del almuerzo o la cena. [El chef Giorgos Samoilis, anteriormente de Omega 3, ahora supervisa la cocina tanto en Cantina como en Pelicanos]”.
“La Taverna Manolis, en la playa Vathi de Sifnos, sirve platos locales perfectamente cocinados en la playa, con una variedad de vinos cuidadosamente seleccionados por su sumiller. Los domingos nunca me pierdo la tradicional sopa de garbanzos (revithada), cocinada durante la noche en un horno de leña”. — L.K.
“Iliovasilema, o Sunset, es un restaurante familiar en Troulaki, Sifnos, que utiliza productos de su propia granja. Mi plato favorito es el almyro kataifi, una masa de trigo desmenuzada salada con queso y pastourma, un embutido curado”.
“Kitrino Podilato, o Bicicleta Amarilla, es un local de pastelería en Artemonas. Tiene una encantadora terraza para pasar la tarde. Mi postre favorito es la crème brûlée, aunque también hay un buen profiterol”. — G.A.
Compras

“En Chora, en Serifos, me gusta Fleva. Tienen bolsos de cuero [diseñados por Eleanna Katsira] elegantes y de muy buena calidad. En el puerto principal de Livadi, en Serifos, hay una preciosa joyería llamada Fe, nombrada así por el símbolo químico del hierro. En el puerto, la zona comercial no es muy grande, pero es muy interesante porque todos los dueños pasan el invierno buscando cosas especiales, con buenos tejidos o hechas por artistas griegos”. — N.K.
“Puedes encontrar una tienda de cerámica en casi cualquier pueblo de Sifnos. Apostolidis Ceramics, en el camino desde el puerto [Kamares] a Apollonia, también ha comenzado a ofrecer visitas guiadas y te permite moldear tus propias piezas”. — G.A.
Para llevar a casa

“En el puerto principal de Adamas siempre compro amuletos del mal de ojo y objetos hechos de obsidiana, una piedra negra mágica que repele las energías negativas. En la antigüedad, Milos fue explotada por obsidiana”. — A.K.
“Lembesis Ceramics, en Sifnos, crea verdaderas obras de arte. Siguen reproduciendo diseños folclóricos de la difunta abuela de la familia en platos, tazas y ensaladeras que definitivamente querrás llevar a casa”. — L.K.
“En Serifos hay una bodega, Chrysoloras, que ofrece vinos excelentes. Visítala al atardecer. El propietario sirve el vino que producen acompañado de aperitivos de la isla, como quesos locales, aceitunas o tomates”. — N.K.
“Theodorou enArtemonas, en Sifnos, lleva probablemente cien años horneando. Hacen pasteli, una galleta de miel con sésamo que se puede mojar en el café, y amygdalota, las galletas dulces de almendra por las que es conocida la isla. En la cocina de mi café utilizo algunas piezas hechas a mano de Sifnos Stoneware; me gustan los diseños y son muy, muy duraderas. Están hechas de gres, que se cuece a una temperatura más alta que otras cerámicas, por lo que es muy resistente”. — G.A.
Explorar

“El Antiguo Teatro de Milos, con vistas al mar, es un lugar impactante para pararse e imaginar el pasado. Está muy cerca de donde encontraron a la Venus de Milo, Afrodita. Desde allí, se puede bajar a pie hasta Klima, con todas las casetas blancas con sus puertas de colores, excavadas en las rocas. El Café Astakas, en la orilla, también es muy agradable”. — A.K.
“Firiplaka es una de las playas más bellas de Milos. Pero hay muchas. Milos está en realidad dividida en dos partes. El lado este es donde sucede todo, y el oeste está protegido. A nadie se le permite desarrollarlo. Hay bastante minería, pero no hay hoteles. Los caminos son de tierra, pero puedes ir en un Jeep o vehículo 4×4 y llegar a la impresionante playa Triades, en el extremo oeste”.
“También haz un viaje en barco. En Milos, puedes ir a Kleftiko y ver las cuevas marinas que fueron refugio de los piratas o navegar hasta la isla deshabitada de Polyaigos. O puedes tomar el pequeño ferry a la isla de Kimolos”. — A.K.
“Hay muchas rutas de senderismo en Serifos. La caminata más fácil es partir desde Chora y seguir los escalones que conducen a Livadi. Pero recomiendo el sendero que va desde el pueblo de Kallitsos hacia Chora, porque la vista es fantástica. Hazlo temprano en la mañana para ver el amanecer. Otra caminata fácil pero inspiradora comienza en el pueblo costero de Megalo Livadi y conduce hasta la playa. Pero cuando estés caminando, no entres en los agujeros de la montaña: forman parte de las antiguas minas y son peligrosos, con rocas cayendo. Puedes quedarte afuera, pero no entres a las minas”. — N.K.
“Cada verano tomo un crucero [de un día de ocho horas] a Polyaigos, entre Sifnos y Milos, donde el color del agua es increíble. El Aegeas, un viejo bote de pesca convertido en crucero, te lleva, y mientras nadas, la tripulación prepara comida”.
“Mis lugares favoritos para nadar en Sifnos son Poulati y Fassolou o Glyfo en el pueblo de Faros. Pero si quieres pasar más tiempo, Cheronissos, en la parte norte de la isla, es un pequeño pueblo pesquero con dos restaurantes en la playa, Ammoudia y Cheronissos. Ambos ofrecen buenos mariscos y la típica comida griega. Si vas en familia, los niños pueden jugar en la pequeña playa mientras tú disfrutas en el restaurante”.
“Yo ando mucho en bicicleta. Hay carriles-bici en la isla y existe una compañía llamada Sifnos Bike Experience que alquila bicicletas eléctricas y también ofrece visitas guiadas”. — G.A.
“No te pierdas la ruta de senderismo desde Apollonia hasta Panagia Toso Nero, con una vista panorámica y una gran variedad de sitios culturales. También pasa por pequeños arroyos, olivares y terrazas, antiguos campos y chozas abandonadas. Y trata de participar en una fiesta tradicional, llamada panigiri. La de Prophet Elias se celebra en julio. Comienza con una misa vespertina y continúa con una cena sentada, música y baile. La cena la preparan los lugareños”. — L.K.
Aspectos prácticos
“El mejor momento para venir a Milos es en primavera, cuando los campos se llenan de flores, es mágico. Esa es mi época favorita, porque sé que se desvanece rápidamente y luego llega el calor”. — A.K.
“Obviamente, sugeriría evitar agosto. Hay demasiada gente y atascos. La primavera y el otoño son las mejores temporadas para venir: menos concurrido que en verano y con menos viento”. — N.K.
“Cada año, 40 días después de la Pascua, Sifnos celebra el festival del santo nombre de Panagia Chrysopigi, Nuestra Señora de la Fuente Dorada, protectora de la isla. Un barco viene desde Atenas, se detiene en el puerto de Kamares para recoger la imagen que pertenece al monasterio de Chrysopigi y la lleva a la iglesia, que es el símbolo de la isla. Es una gran ceremonia para la isla”. — G.A.
Estas entrevistas han sido editadas y condensadas.