Crédito: cortesía de la marca.

Redacción T Magazine México 

En un mundo saturado de producción en serie, Pronto Muy Pronto insiste en lo contrario: lo irrepetible. Creado por la arquitecta e interiorista Leticia Vilalta, el proyecto entiende el diseño no como ornamento sino como narrativa, un lenguaje donde los objetos se leen tanto en su uso como en su memoria.

Crédito: cortesía de la marca.

El recorrido comenzó en 2020 con un pop-up en Valle de Bravo, se materializó en 2021 en la Casa Drácula de Todos Santos —un edificio del siglo XIX— y en 2024 abrió sede en el centro histórico de San José del Cabo. Desde ahí, en alianza con artistas y galerías como Ana Paula Álvarez, Clásicos Mexicanos o Galería Enrique Guerrero, se ha consolidado como plataforma de diálogo entre disciplinas, un espacio colectivo donde el diseño mexicano encuentra nuevas formas de decirse.

Crédito: cortesía de la marca.

En cada pieza hay un linaje; textiles en telar de pedal, cerámica moldeada a mano, maderas con la huella de quien las trabaja. Más de cincuenta talleres artesanales colaboran con el proyecto bajo principios de comercio justo y sustentabilidad. El valor no está en la perfección industrial, sino en las irregularidades del tejido o en las marcas que deja el horno. Conservar aquí significa permitir que las técnicas evolucionen pero sin perder su raíz.

Objetos con memoria. Crédito: Cortesía de la marca.

Además de la tienda, Pronto Muy Pronto desarrolla proyectos de interiorismo para hoteles, residencias y restaurantes. Cada espacio se concibe como relato vinculado a su entorno. Ejemplo de ello es Amaya (Las Playitas, Todos Santos), una casa construida con ladrillo, palma y pigmentos del desierto que se funde con el paisaje y traduce la luz del Pacífico en arquitectura.

Crédito: cortesía de la marca.

El proyecto también extiende su narrativa a la mesa: organiza cenas performáticas junto a chefs como Javier Plascencia, Poncho Cadena y Alex Branch, donde la cerámica artesanal, los ingredientes locales y la música convierten la experiencia gastronómica en memoria compartida.

Crédito: cortesía de la marca.
Crédito: cortesía de la marca.

Pronto Muy Pronto no se limita a vender objetos, propone, además: tocar y coleccionar fragmentos de historia.


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