La alberca infinita del SHA Wellness de Costa Mujeres, Quintana Roo, cuenta con una privilegiada vista al Caribe.

Javier Fernández de Angulo

La primera sensación que uno siente al cruzar las puertas de SHA Wellness, concepto fundado hace 17 años en España ahora presente en México, es que es uno de los escasos establecimientos de lujo en los que el cliente no tiene la razón. En esta clínica de vanguardia en rejuvenecimiento, cuidados y bienestar deciden lo que comes, eliminan el café y el azúcar de tu dieta, te sumergen en hielo, te pinchan con agujas y no dejas de sudar. Todo ello con un objetivo superior: la longevidad. Durante las 100 horas que T México pasó en el SHA Wellness de Costa Mujeres (Quintana Roo), aprendimos a manejar conceptos como dieta inflamatoria y a introducir alimentos como algas o tofú en nuestros menús. “La gastronomía es un placer, pero también una forma de nutrirnos”, escribe Ferran Adrià en el prólogo del libro de recetas de SHA. Y es que aquí la cocina y la ciencia se unen para tratar de brindar una vida más larga y saludable. “Es necesario comprender que la inflamación crónica es el origen silencioso del envejecimiento y de otras muchas enfermedades, pero también que podemos revertirlo con cambios sostenidos en nuestro estilo de vida apoyados por tecnología médica de vanguardia”, dice Jair Olivares, director médico de SHA Wellness.

Además de los tratamientos, el hotel también ofrece actividades en el exterior como el esnórquel.

Fundado en Altea (Alicante) en 2008, SHA Wellness se convirtió desde su apertura en un destino de lujo y exclusividad para artistas, presidentes y deportistas de élite que buscan mejorar su salud de manera radical. Nicolás Sarkozy, John Galliano, Cristiano Ronaldo o Rafael Nadal han disfrutado en alguna ocasión de sus tratamientos e instalaciones, pero también altos ejecutivos, para quien SHA ha diseñado un programa a la medida de sus necesidades. Bajo el nombre de Leaders Performance, el tratamiento combina métodos para la estimulación creativa y la optimización del rendimiento con el objetivo de potenciar las capacidades físicas, mentales y cognitivas de profesionales que ocupan puestos de gran responsabilidad. Así, técnicas de vanguardia de la medicina occidental se integran con prácticas milenarias de la tradición oriental como la acupuntura con el objetivo de fomentar el equilibrio y la resiliencia personales. “Una experiencia transformadora”, tal y como la ha definido en alguna ocasión Alejandro Bataller, vicepresidente de SHA Wellness.

Meditación en la playa.

Una vez cruzas las puertas del edificio y antes de disfrutar de las turquesas aguas del Caribe, una aplicación te da la bienvenida antes de conectarte con los médicos que se encargarán de tus estrategias de mejora a lo largo de tu estancia. Dice el doctor Olivares que la mayoría de las complicaciones para el bienestar tienen su origen en rutinas equivocadas. La falta de descanso, un sueño de mala calidad, el estrés crónico, la inactividad física y la dieta proinflamatoria aparecen como los principales aceleradores del envejecimiento, y remarca que siempre es preferible determinar las necesidades con pruebas clínicas personalizadas antes de suplementar. “La medicina de longevidad ha evolucionado significativamente en la última década. Hoy, disponemos de intervenciones que abarcan desde nutrición personalizada basada en biomarcadores y genética, hasta terapias celulares regenerativas y protocolos intravenosos de micronutrientes. Estas herramientas permiten prevenir y revertir procesos degenerativos antes de que se manifiesten clínicamente, optimizando la expresión genética y la función mitocondrial”, señala Olivares sobre la posibilidad de mejorar nuestra herencia genética a través de la interiorización de nuevas costumbres. “La epigenética nos muestra que nuestros genes no son nuestro destino. Sabemos que hábitos como la alimentación, el ejercicio, la calidad del sueño y la gestión emocional pueden activar genes protectores y silenciar genes inflamatorios o predisponentes a enfermedades. Hoy, contamos con estudios que permiten diseñar intervenciones epigenéticas personalizadas”, añade mientras repasa algunos de los males que acechan en nuestro día a día, como la exposición directa al sol, el tabaco, el exceso de azúcar, las harinas refinadas o los aceites industriales, todos ellos, en su opinión, aceleradores del envejecimiento. “Una dieta rica en polifenoles, vegetales y grasas saludables como el omega-3 o los aceites de oliva y aguacate y estrategias como el ayuno intermitente, la restricción calórica inteligente y guiada y el ejercicio funcional ayudan a activar procesos como la autofagia y la protección de células madre”, continúa.

Alberca interior.

Antes de la aplicación de un tratamiento, sin embargo, es necesario cumplir con los protocolos de diagnóstico, que se realizan para estancias mínimas de cuatro días. Para los tratamientos de longevidad se realizan análisis del perfil hormonal y evaluaciones que abordan la salud desde un enfoque genético, hormonal, nutricional y bioquímico. El objetivo es doble: mejorar la calidad de vida y reforzar la medicina preventiva. Otro de los estudios que ofrece SHA Wellness es la medición de la longitud telomérica, que revela la edad biológica real del paciente y ayuda a determinar el riesgo de desarrollar enfermedades. Asimismo, se examina el grado de envejecimiento del sistema inmunológico, considerado un indicador clave del bienestar general. Y es que, para Olivares, convencido de que el ser humano podrá alcanzar los 100 años de vida con alta funcionalidad mental y física, lo importante “no es alargar la vida, sino ampliar el healthspan, los años vividos en plenitud, autonomía y bienestar”.

Antes de despedirnos, pedimos a Olivares que nos despeje una duda: ¿podemos mejorar al anciano q ocupará nuestro cuerpo en 20 años? “Nunca es tarde”, responde el doctor. “Lo que hacemos hoy impacta directamente en cómo será nuestra movilidad, nuestra memoria y nuestra energía dentro de 20 años. Somos responsables del futuro de nuestro cuerpo”. Tras haberlo sometido a todo tipo de pruebas, con sangre, sudor y fitness, abandono las instalaciones de SHA Wellness con una maleta cargada de botes magnesio, cápsulas Q-10 con omega-3, unos cuantos probióticos, un libro de recetas de nutrición saludable y la firme promesa de hacer deporte y beber tres litros de agua diarios. Una experiencia, efectivamente, transformadora.  


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