
Carolina Chávez Rodríguez
Roma la vio nacer, formarse y regresar. Maria Grazia Chiuri ha sido nombrada directora creativa de Fendi, cerrando un ciclo que comenzó hace más de tres décadas y que ahora vuelve con la madurez de quien ha aprendido a hacer de la moda un acto de pensamiento. Presentará su primera colección para Otoño-Invierno 2026 durante la Semana de la Moda de Milán, un debut que, más que una colección, será una declaración de intenciones.
Chiuri, graduada del Istituto Europeo di Design, inició su carrera en Fendi, donde conoció a Pierpaolo Piccioli, su cómplice creativo durante su etapa posterior en Valentino. En la casa romana aprendió sobre la artesanía, la disciplina y el poder de la colaboración femenina, bajo la guía de las cinco hermanas fundadoras. De ahí nació su comprensión profunda del lujo como trabajo colectivo, manual y silencioso.
Su trayectoria posterior fue una escalada constante. En 2016 asumió la dirección creativa de Dior, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar ese cargo en la historia de la maison. Su llegada no fue un simple relevo, fue una sacudida estructural. En su colección debut presentó camisetas con la frase We Should All Be Feminists, una consigna que se transformó en fenómeno cultural y marcó el inicio de una era en la que Dior se volvió un espacio de diálogo entre la historia, la estética y la emancipación femenina.
Durante su gestión, Chiuri convirtió cada desfile en una conversación entre arte, cuerpo y poder. Su Dior no solo vendía ropa, sino ideas: cuestionaba jerarquías y colocaba la mirada femenina en el centro de la industria. Esa capacidad de transformar el mensaje sin renunciar a la belleza es, quizá, lo que explica su regreso a Fendi.

El nombramiento llega en un momento estratégico. Tras la salida de Kim Jones en 2024, Silvia Venturini Fendi asumió temporalmente la dirección creativa de las líneas femeninas, antes de ser nombrada presidenta honoraria. Bernard Arnault, presidente del grupo LVMH, celebró el regreso de Chiuri como un movimiento natural dentro de la casa, pero también como un gesto de continuidad entre el legado familiar y una mirada moderna.
Su regreso a Fendi no es un acto de nostalgia, sino de coherencia. Volver a la ciudad donde aprendió a moldear el cuero y entender la herencia italiana es un ejercicio de retorno y reescritura. Si en Dior exploró la fuerza de las ideas, en Fendi parece dispuesta a recuperar el pulso de las manos, la materia y la elegancia que se construye desde el oficio.
La diseñadora presentará su primera colección en febrero de 2026 y las expectativas son altas. No solo por lo que representa su regreso, sino por la posibilidad de ver cómo se entrelazan el rigor romano, la herencia artesanal y su visión de una feminidad libre y contemporánea.