La nueva edición de la LVMH Watch Week, efectuada en enero 2025, dio lugar para mostrar los lanzamientos de las firmas relojeras del grupo. Crédito: Gabriel Álvarez del Castillo.


Por Carlos Alonso

El pasado enero, Nueva York acogió una nueva edición de la LVMH Watch Week, donde las firmas relojeras del grupo mostraron algunas de sus novedades para este 2025.  Allí estuvieron Alexandre, Frédéric y Jean Arnault, hermanos y herederos del imperio del lujo francés al frente de una división en continua redefinición y transformación.


A los mandos de Louis Vuitton Watches, Jean Arnault, el más joven de los tres, ha aprendido rápido que todo el poder de la casa puede trabajar al servicio de lo imperecedero con la ayuda del efectismo del apellido. Sus Fabrique du Temps, Fabrique des Arts y Fabrique des Boîtiers le proporcionan un caudal de posibilidades que capitaliza con asombrosa madurez, principalmente en los relojes Louis Vuitton. Con él, la firma ha interiorizado un balance fronterizo entre la pre y post-relojería en Tambour Taiko Time, una colección en la que las horas cúbicas del sistema Spin Time evolucionan en imágenes de alto impacto que expresan ideas. Es el caso de los modelos Antipode, un World Time que se adelanta al clasicismo, y Tambour Convergence, un regreso a los montres à guichet que recuerdan el modernismo escueto la década de los años 30 para pedir a gritos ser aceptado en el club de los puristas.

En la boutique neoyorquina de Tiffany & Co. conviven piezas históricas de la firma con obras de artistas como Jean-Michel Basquiat o James Turrell. Crédito: Gabriel Álvarez del Castillo.


Por su parte, Daniel Roth reveló su bellísimo dos agujas Extra Flat Souscription en oro amarillo –su segunda reinterpretación después del Tourbillon Souscription–, mientras que Gérald Genta presentó una cuarta versión del Gentissima Oursin Fire Opal, un erizo de provocación mestiza y asilvestrada inspirado en los tonos volcánicos del ópalo de fuego mexicano para demostrar que, más allá de los íconos de siempre, los guardatiempos couture aún cuentan con un amplio margen de expresión justificable. A Jean Arnault solo cabe recriminarle que muestre tanto respeto por los dos maestros que hoy representa con cuidadas reediciones en lugar de atreverse a evolucionar con ambos legados. Pero aún hay tiempo.

El Tambour Taiko Spin Time Air Flying Tourbillon, de Louis Vuitton, fue presentado al público por la maison durante LVMH Watch Week. Crédito: Gabriel Álvarez del Castillo.


Frédéric Arnault, CEO de la división LVMH Watches, hace lo que piensa en TAG Heuer, la firma que dirigió antes de tutelar todas las marcas relojeras de la familia. A partir de este año, los modelos más recientes se olvidan de sus devaneos connected que él mismo impulsó con Carrera y Formula 1 para estar a la altura de ser el nuevo reloj oficial del campeonato del Mundo de Fórmula 1. Los totalmente modernizados Formula 1 Chronograph y Carrera Chronosprint trazan un puente entre la nostalgia de los argumentos y el joven público empoderado dispuesto a pagar hasta 30,000 dólares por un Tag Heuer que sacrifica cosas para competir en el podio de Rolex, Omega y Breitling. Por el momento, la firma tendrá toda una década por delante en el gran circo de la Fórmula 1 para ver el resultado.

Ubicada en la Quinta Avenida de Nueva York, la histórica tienda de Tiffany & Co., marca propiedad de LVMH desde 2021, fue el lugar elegido por el grupo francés para lanzar sus novedades, como el Carat 128 Aquamarine, de Tiffany & Co., o el Gentissima Oursin Fire Opal, de Gérald Genta. Crédito: Gabriel Álvarez del Castillo.


Como presidente de Tiffany & Co., Alexandre Arnault se enfrenta al reto de hacer que la gran institución neoyorquina por la que el grupo pagó 15,000 millones de dólares vuelva a ser también sinónimo de reloj. Con la ayuda de Nicolas Beau, exdirector de la relojería de Chanel, presentó en el emblemático edificio de Quinta Avenida un arsenal de piezas de alta gemología que rinden tributo a los esenciales de la casa gracias al trabajo llevado a cabo por Jean Schlumberger en los modelos Eternity, Hardwear y Diamond, así como en el Carat 128 Aquamarine, para sacar lustre al patrimonio estético de la firma con movimientos mecánicos Swiss Made. Si un reloj es un observador de la realidad, la vida en Tiffany & Co. sigue en un eterno desayuno con diamantes.


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