La debilidad de Dom Pérignon por la cultura popular no es nueva. Diseñadores como Karl Lagerfeld, músicos como Lenny Kravitz o Lady Gaga y artistas como Andy Warhol y Jeff Koons ya colaboraron en el pasado con la histórica bodega francesa. Este año, el turno es para Jean-Michel Basquiat, el desaparecido artista neoyorquino que elevó el grafiti a forma de arte.
La intervención de Basquiat consiste en una superposición de su famosa corona sobre el escudo de Dom Pérignon, dos símbolos que se unen para una edición limitada con la que marca quiere celebrar la añada de 2015. La serie está formada por tres cajas que representan un segmento de In Italian (1983), uno de los cuadros más famosos y enigmáticos del artista, creado el apogeo de su carrera.

Aquí podemos encontrar muchos de los rasgos estilísticos clásicos del artista, como la expresión “corona de espinas” y los campos de color típicos del grafiti, dominados en esta ocasión por el amarillo, el azul y el verde, tonos que están presentes en las tres etiquetas. La combinación de diferentes técnicas y medios es una de las firmas estilísticas de Basquiat, cuyos lienzos aparecen salpicados de palabras, frases, tachaduras, números, letras, fechas y símbolos, todo ello mezclado de una manera tan armoniosa como críptica.