
Redacción T Magazine México
En el mundo de la relojería, hay casas que marcan la hora, y otras que marcan el rumbo; Hublot pertenece a esta segunda categoría. Desde su fundación en 1980 por Carlo Crocco, la casa suiza ha sido sinónimo de ruptura, innovación y atrevimiento, reescribiendo las reglas del lujo, dejando de asociarlo con la linealidad, y aportándole deportividad y robustez. La ecuación parece simple: una caja de oro unida a una correa de caucho; este gesto cambió para siempre el rumbo de la relojería de lujo y dio origen a lo que hoy conocemos como el Arte de la Fusión.
Años más tarde, en 2005, Hublot volvió a sacudir las convenciones con el lanzamiento del Big Bang, un ícono contemporáneo que revolucionó la forma de entender el tiempo. Su diseño audaz, su construcción en capas y su estética visionaria lo convirtieron en mucho más que un reloj: en una declaración de intenciones. El Big Bang no solo recibió el premio al Mejor Diseño en el Grand Prix d’Horlogerie de Genève, sino que abrió un camino que aún hoy sigue inspirando. Dos décadas después, el Big Bang encarna una mentalidad que no conoce límites: desafiar lo establecido, explorar lo desconocido y reinventar lo posible.
Ese mismo espíritu es el que hoy conecta a Hublot con KidSuper, el colectivo creativo fundado por el artista, diseñador y exfutbolista Colm Dillane, que ha conquistado la moda internacional desde Brooklyn con una propuesta que combina arte, deporte y narración. En el corazón de KidSuper siempre ha latido el fútbol, no solo como deporte, sino como un lenguaje universal capaz de unir a comunidades enteras.
La colaboración entre Hublot y KidSuper se materializa en un escenario tan sorprendente como inspirador: la azotea de KidSuper World en Williamsburg. Allí, una cancha de fútbol se eleva sobre la ciudad de Nueva York, transformándose en un espacio creativo donde convergen el diseño, el juego y la expresión artística.


Para inaugurar esta alianza, Hublot y Dillane revelaron un tablero de árbitro diseñado especialmente para la cancha, un objeto que, más allá de su función, simboliza el inicio de una narrativa compartida: la de dos marcas que entienden la creatividad como un acto de libertad y la innovación como una forma de vida.
La mentalidad revolucionaria del Big Bang, que celebra 20 años este 2025, encuentra así un nuevo eco en la cancha de KidSuper World. Allí, el tiempo no se mide solo en segundos, sino en jugadas, en encuentros y diversión.

De las geometrías del tiempo a la poesía de un balón en movimiento, Hublot demuestra que el Arte de la Fusión no se limita a la relojería: es un estilo de vida, un pulso compartido entre el arte, el deporte y la cultura global.
En Williamsburg, sobre un campo elevado, el tiempo late distinto. Late con la energía de quienes creen que la creatividad no tiene límites.