Por Gisela Williams
El Clärchens Ballhaus de Berlín fue construido en 1913, una época en la que la ciudad contaba con más de 900 salones de baile. Ahora es uno de los pocos que quedan, y a lo largo de las décadas se ha mantenido como una institución querida, albergando clases de tango cada semana en su emblemático Salón de los Espejos. Sin embargo, según el emprendedor berlinés Yoram Roth, estaba infrautilizado y en mal estado “El salón principal solo tenía una toma de corriente y se calentaba con dos hornos de carbón”, explica. En 2018, Roth, quien también es propietario de Fotografiska, un grupo de museos de fotografía contemporánea, y de los espacios de coworking NeueHouse en Nueva York y Los Ángeles, compró la Clärchens Ballhaus y comenzó a planificar una renovación. “Los berlineses nunca quieren que nada cambie”, afirma. “Sabía que tenía que rehacer completamente la infraestructura, pero sin dejar de conservar la apariencia de hace 112 años”. Mantuvo las clases de tango (junto con otros tipos de clases de baile) y contrató a Uli Hanisch, el escenógrafo de la serie de televisión neo-noir Babylon Berlin, quien realzó cuidadosamente la estética desvaída de los años 20 de Clärchens. Más tarde, Roth incorporó al chef alemán Tobias Beck para abrir el restaurante Luna D’Oro, orientado a fiestas y nombrado así por uno de los profesores de baile del Ballhaus. “Tobias entiende la cocina alemana, pero tiene un sentido del humor al respecto”, comenta Roth, quien recomienda el Tartar Igel, un clásico tartar de carne en forma de erizo, con espinas hechas de finas láminas de cebolla.