Redacción T Magazine México

En 2019, Charles Ganem y Samuel Nataf imaginaron un lugar que rindiera homenaje al espíritu original del fast food, pero con la elegancia y el rigor de la alta gastronomía. Así nació Dumbo, un pequeño espacio en Pigalle que transformó la manera de entender el burger en Europa. Desde su apertura, el concepto fue claro, directo, sin adornos innecesarios. El sabor sería la única narrativa.

Dumbo se consolidó con rapidez. Su método, radical en su sencillez, convirtió al smashburger en un manifiesto gastronómico. Panes ligeramente briocheados, carne madurada durante dos semanas, queso americano elegido por su suavidad y un plancha ardiente que garantiza un contraste perfecto entre lo crujiente y lo jugoso. Cada ingrediente cuenta una historia, cada gesto busca la precisión de un oficio que se aprende con paciencia y se repite con devoción.

Más allá del plato, Dumbo propone un universo estético. Su diseño, en colaboración con Studio Uchronia y Rooda Studio, combina materiales crudos y líneas limpias. Las cocinas, siempre visibles, se vuelven escenario y corazón del lugar. En cada sede, desde Pigalle hasta el Marais o Oberkampf, la idea se mantiene intacta, una cocina que respira autenticidad y tiempo presente.

En 2025, Dumbo cruzó el Canal de la Mancha y abrió su primera sucursal internacional en Shoreditch, Londres. El espacio, diseñado junto al estudio Red Deer, rescata la estética de los cafés londinenses y los bagel shops de barrio. La carne proviene del legendario carnicero HG Walter, proveedor de lugares como The River Café o Brat. Nada se improvisa. Todo se ajusta al principio que dio origen a la marca: cocinar bien, con honestidad.

Pero Dumbo no es solo un restaurante. Es una manera de pensar y de hacer comunidad. Su historia está marcada por colaboraciones con Septime, Jacquemus, Beyoncé y Virgil Abloh, y por una visión que entiende la comida como cultura y como gesto colectivo. Hoy, Charles y Samuel continúan expandiendo el proyecto más allá del plato, creando un estudio creativo donde cada detalle, cada espacio y cada receta se conciben como parte de un mismo lenguaje.

Dumbo demuestra que la verdadera sofisticación está en la sencillez. En la fidelidad a los materiales, al fuego y a la memoria del sabor.


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