
Redacción T Magazine México
Raquel Orozco: “Vértice MX”
Raquel Orozco presentó una colección que vibra al ritmo de la capital. “Vértice MX”, su propuesta para primavera-verano 2026, es una traducción estética del caos hermoso de la Ciudad de México: una urbe que respira arquitectura, color y movimiento.
Su mantra —expressive, powerful, sophisticated— se hace visible en cada trazo. Los trajes sastre, reinterpretados con nuevas proporciones, reafirman el poder femenino desde la estructura; mientras que el cuero, uno de los sellos distintivos de la marca, se despliega en siluetas suaves, texturadas y con una sensualidad contenida.
La paleta cromática es una celebración de México como experiencia sensorial: azules infinitos, rosas flamenco, naranjas encendidos y tonos tierra, equilibrados por un blanco que limpia el exceso visual. Por primera vez, la diseñadora incorpora una cápsula masculina, proponiendo una mirada fluida y contemporánea sobre la identidad.
Raquel Orozco reafirma su lugar como una de las diseñadoras más coherentes del país: entre geometría y emoción, construye una feminidad sólida, urbana y profundamente mexicana.



Francisco Cancino: “013, Cómo criar monstruos marinos”
El diseñador Francisco Cancino cerró su más reciente tetralogía con una colección que suena a mito, fantasía y encanto, intrínsecamente una carta de amor a la Ciudad de México. Caídas, vuelos y esos cuellos espectaculares que emulan la vida marítima.
Fiel a su lenguaje, Cancino combina cortes arquitectónicos con textiles ligeros, generando un diálogo entre estructura y fluidez. Los estampados geométricos —líneas orgánicas, círculos y trazos imperfectos— funcionan como huellas del paso del tiempo sobre el cuerpo.
Cada pieza lleva una dosis de melancolía y modernidad. En sus manos, el tejido artesanal se funde con la sastrería contemporánea, proponiendo una lectura poética del vestir. La colección mira hacia un relato místico y urbano, que no desdibuja su claridad y rigor.




Alejandra de Coss: Objetos Utilitarios
Con una visión experimental y profundamente estética, Alejandra de Coss presentó una colección que reafirma su lugar entre las creadoras más coherentes de la nueva generación. Su propuesta fusiona técnicas artesanales con siluetas conceptuales, traduciendo la arquitectura del cuerpo en líneas puras, texturas táctiles y materiales inesperados.
Formada como diseñadora gráfica y con estudios en Nueva York y Milán, De Coss entiende la moda como lenguaje visual y emocional. Sus prendas son esculturas habitables que dialogan con la feminidad desde el arte, sin renunciar a la elegancia ni al riesgo.
Su presentación en Fashion Week México consolidó una trayectoria de más de quince años dedicada a explorar la belleza en sus formas más abstractas. Cada pieza funciona como un manifiesto visual —no de poder, sino de autenticidad—, reafirmando que la moda mexicana no solo se viste, también se piensa.




Alexia Ulibarri: “Celestina”
En contraste, Alexia Ulibarri llevó la jornada a un terreno encantado. Con “Celestina”, la diseñadora mexicana propuso una fábula moderna sobre la feminidad, la magia y el deseo. Inspirada en los cuentos de brujas y en los arquetipos femeninos de la literatura, la colección fusiona romanticismo con poder.
Sedas etéreas, corsetería estructurada y transparencias sutiles conviven con texturas que evocan hechizos y flores nocturnas. El resultado es una narrativa visual que exalta la fuerza femenina desde la vulnerabilidad y el misterio.
Ulibarri, formada entre Londres y México, reafirma con esta propuesta su dominio sobre el equilibrio entre lo teatral y lo cotidiano. Su nueva Maison en la Ciudad de México consolida una visión que combina diseño de autor, atención al detalle y una sensibilidad que entiende la moda como un acto íntimo de autodefinición.



