Cuando Anouk Biard abrió su estudio de cuidado de la piel en París en 2021, la facialista —quien practica kobido, una técnica tradicional japonesa de masaje— decoró su espacio en el Noveno Distrito con solo un puñado de antigüedades, incluyendo una silla de Josef Hoffman y una vitrina de estilo art déco. En los estantes, alineó una colección de tinteros franceses de la década de 1930 y botellas de rapé chinas, todas llenas de los aceites orgánicos que incorpora en su tratamiento característico. “No necesitas mucho, pero lo que tengas debe ser hermoso”, dice Biard.
El pasado febrero, Biard presentó su propio frasco de vidrio, soplado a mano en Toulouse y empaquetado en una bolsa hecha con seda del siglo XVIII. La primera edición está limitada a 45 botellas, diez de las cuales están disponibles en la boutique Desert Vintage, en Nueva York. Se vende junto con siete aceites faciales que incluyen cártamo para suavizar la piel y hierba de San Juan en un vibrante tono rojo. Biard también imagina que el frasco de 100 mililitros puede tener otros usos más allá del tocador: “Incluso podrías llenarlo con aceite de oliva en tu cocina”, dice. “¿Por qué no?”.
Disponible en Desert Vintage, en Nueva York ,y Anouk Biard, en París. Para más información, contactar a [email protected].
