
Carolina Chávez
Miu Miu presenta su campaña Holiday 2025 con un gesto que evita el artificio visual y se acerca a la nostalgia en crudo. Angela Hill filma en Super 8 y fotografía en película a Gigi Hadid, Dede Mansro, Viola y Ju Xiaowen mientras se reúnen en una mansión isabelina del campo británico. El lugar, con muros agrietados y piedra marcada por los años, se convierte en un contrapunto poderoso ante la ligereza de quienes lo habitan.
La campaña se sostiene en este choque silencioso. Un entorno antiguo, casi intacto en su decadencia, recibe a mujeres cuya naturalidad resalta sin necesidad de estridencias. Es un choque que no busca dramatismo, sino lectura. El tiempo, vuelto textura, opera como el verdadero protagonista.
Las piezas festivas avanzan entre lo etéreo y lo cotidiano. Duchesse satin arrugado y bordado, shearling ensamblado como collage textil, knits con brillo contenido, satines líquidos y georgettes que recuerdan el lenguaje íntimo de la lencería. El calzado se mueve entre mocasines, slippers y ballerinas, mientras las botas altas de cuero elástico y los sneakers planos ofrecen un giro deliberadamente juvenil. La selección de bolsos retoma iconos de la casa, del Wander al Arcadie y el Beau, con un guiño estacional en rojo.
La campaña Holiday 2025 no busca una narrativa ejemplar sobre la celebración. Apostar por el registro analógico y la espontaneidad en un escenario cargado de historia revela algo distinto: en tiempos saturados de brillo inmediato, la belleza aparece cuando se reconoce el paso del tiempo sin maquillarlo.


