Foto: cortesía de la marca.

Redacción T Magazine México

El Valentino Garavani DeVain aparece en la pasarela Otoño 2025 como un ejercicio de depuración estética. Bajo la dirección de Alessandro Michele (que amamos), el clutch abandona la rigidez tradicional para presentarse como un objeto dúctil, casi respirante, que rehúye la idea de la perfección inamovible y prefiere la gracia que surge de lo flexible.

La familia Vain encuentra en esta variación una especie de verdad interior. El DeVain se revela sin ornamentos innecesarios, aunque mantiene la teatralidad que distingue a Valentino. Hay un guiño a aquella ligereza noventera que se resistía al artificio, pero también un interés contemporáneo por desarmar aquello que creíamos entendido. Su nombre, escrito con ironía silenciosa, invita a pensar la vanidad como un terreno más honesto de lo que solemos admitir, una libertad de asumirse divina sin necesidad de anunciarlo.

Foto: cortesía de la marca.
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La pieza se multiplica en materiales que narran mundos distintos. La nappa lisa o metálica encarna la elegancia contenida. El denim agrega desenfado. El rafia tejido recuerda al trabajo paciente de las manos que saben medir el tiempo. El shearling con strass coquetea con la exuberancia. Otras versiones recurren a bordados, cuentas, terciopelo, pieles preciosas y guirnaldas que desdibujan la frontera entre el bolso y la reliquia.

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Cada DeVain incluye una etiqueta en piel que puede recibir iniciales grabadas en bronce antiguo. El gesto no pretende exclusividad sino una especie de apropiación íntima, una manera de decir que la pieza existe en diálogo con quien la lleva. La personalización está disponible en boutiques seleccionadas y en Valentino.com.

Veintisiete variaciones llegarán a las tiendas a mediados de noviembre. Todas comparten una cualidad esquiva. Una pieza pensada para un guardarropa que entiende que la elegancia no necesita rigidez para ser exacta.


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