
Por Lindsay Talbot
Bodegón por Sara Zanoni
Diseño de set por Adriana Pinto de Azevedo
JAYNE WRIGHTSMAN PERSONIFICÓ el sueño americano. Nacida en Flint, Míchigan, en 1919 y criada en Los Ángeles, donde trabajó en una gran tienda departamental, después se casaría con el magnate petrolero Charles Wrightsman, encontrando su lugar en la alta sociedad neoyorquina y convirtiéndose en mecenas de las artes y en una de las coleccionistas de joyas más refinadas del siglo XX. Antes de su muerte en 2019, a los 99 años, acumuló innumerables tesoros, entre ellos un collar de Bulgari de 1984 hecho de oro, diamantes y esmeraldas. Inspirada en el surrealismo y en la obra del pintor belga René Magritte, la casa italiana presentó la pieza en una campaña llamada Bulgari Dream, en la que hileras de turmalinas, citrinos, amatistas y peridotos, todos enmarcados por el logotipo de Bulgari, brillaban sobre un fondo de cielos azules y nubes blancas.
Esta primavera, la marca lanzó el nuevo collar Color Spectrum, diseñado por Lucia Silvestri, su directora creativa, y compuesto de turmalinas verdes, amatistas moradas y otras gemas en tonos pastel. Con las piedras de mayor tamaño dispuestas en la parte posterior, luce dos morganitas en forma de pera de 84 quilates, engastadas sobre diamantes pavé, que pueden desmontarse y usarse como aretes. Las otras gemas —citrinos y rubelitas rosas entre ellas— aparecen en una variedad de cortes y transparencias, y un sistema de broche permite a quien lo usa jugar con la longitud y el estilo. Con su cascada de suaves rondelas, el collar es una fantasía fluida capaz de reinventarse una y otra vez.
Asistente de fotografía: Federico Romano; recuadro: Jean-François Schlemmer/Kenyon & Eckhardt, publicado en Architectural Digest (otoño 1985).