Alaska, fotografiada el pasado 11 de junio en Ruge Studio, Madrid, lleva vestido y aretes de Balenciaga, balenciaga.com

Por Sonia Guijarro

Fotografía por Javier Bosca

Estilismo por Diego Serna

Con Alaska, que vuelve a casa en noviembre (a Ciudad de México y Guadalajara), no hablamos de transgresión, ni de provocación, ni de estereotipos. La cantante nos dibuja su paisaje favorito, en el que habitan la educación, el amor, la coherencia y algunos miedos. “Cuando echo la vista atrás, a mis 14 años, veo la vida que quería tener, que es la que tengo. Me reconozco en lo que veo, así que… ¡Todo bien!”, dice Alaska, nacida en Ciudad México en 1963 como Olvido Gara. En las distancias cortas, la cantante y artista se nos revela como antagonista de los estereotipos, afable, lúcida y confiada. A priori, ninguno de estos adjetivos encaja en la definición de una diva al uso.

A pesar de que su nivel de perfección absoluta sería “poder vivir a medio camino entre México y España”, Alaska ha tenido que conformarse con viajes de ida y vuelta por trabajo. El próximo ya pide paso. En noviembre de este año, el 28 y el 29, la cantante regresa a casa con Fangoria. Ese lugar, su México lindo y querido no forma parte de su listado de tareas pendientes, y nunca lo ha echado de menos “porque siempre lo llevo conmigo, esté donde esté”.

Mientras llegan esos dos expectantes días de concierto, en los que reencontrarse con un público “de una fidelidad inquebrantable”, Alaska calienta motores al otro lado del océano. En Madrid, la artista inclasificable nos abre la puerta de entrada a su universo durante el shooting para T México. Llega sola, con puntualidad británica, una educación exquisita y cero exigencias. No sabe qué es lo que se espera de ella al otro lado del objetivo fotográfico y, no especialmente amiga de lo previsible, esa incertidumbre le gusta. “Es maravilloso encontrarme con esta recreación de todo mi mundo de referencias, que no esperaba y que no voy a perder nunca. La Prohibida, los enmascarados, el culturismo, la muerte… ¡Si yo no hubiera tenido esa infancia luminoso-tenebrosa de puro realismo mágico, no sería quien soy hoy!”, señala.

T México: Volvamos por un instante a ese realismo mágico que ha cimentado tu yo de hoy…

Alaska: Esta sesión de fotos para T México ha sido para mí un regalo, porque me ha ayudado a revisionar la imagen que tengo en mi cabeza del México que conocí cuando era niña. Esos años marcan una diferencia más que significativa entre el resto de personas de mi edad que viven en España y yo. Si no hubiera tenido esa infancia mexicana, tan luminosa (y tenebrosa a la vez) me faltarían un montón de referencias para ser quien soy. México es fundamental para mí.

T México: Con esta sesión fotográfica, se ha pretendido recrear el universo de Alaska. ¿Qué o quién tiene cabida en ese mundo tuyo?

A.: ¡No tendríamos días, ni páginas para hablar de esto! Los universos, para mí, se van acumulando. Es decir, tú inicias tu vida con una referencia, y a esa se une otra, y otra hasta hacer una gran bola que no para de crecer nunca. En el centro de esa bola están tus primeras referencias, no se pierden nunca. No entiendo a quienes dicen: “Antes me gustaba esto o aquello, pero ahora me horroriza, ya no forma parte de mi vida”. Tú puedes evolucionar, pero tus referencias serán siempre tu esencia. Yo soy muy orteguiana (Ortega y Gasset), “Yo soy yo, y mis circunstancias”, pero también mis referencias, ¡que son millones!

T México: ¿Cuántas de esas referencias te transportan a México?

A.: Lo que significa México para mí hoy, no es diferente de lo que significó la primera vez que volví después de haber vivido allí hasta los 10 años. Ocurre algo muy curioso: yo nací allí, pero veo que la gente que viaja conmigo, da igual que sean Mario [Vaquerizo] o Nacho [Canut], o Miguel Bosé o Ana Torroja que se han quedado a vivir allí… Todos sienten lo mismo que yo. Es la influencia mexicana, muy potente. A pesar de que en las grandes ciudades de México, como sucede en otros lugares del mundo, las calles principales tienen los mismos cafés y las mismas franquicias, si tú te pierdes un poco vas a encontrar una que ofrece algo completamente diferente. México tiene personalidad.

T México: ¿Guardas algún recuerdo imborrable, aunque tenga connotaciones no tan positivas?

A.: Mis emociones no son ni positivas ni negativas, vienen todas a borbotones. Recuerdo estar con 4 años jugando, oyendo un programa de rancheras en la televisión mexicana. Pero hay muchos flashes. Caminar por el paseo de Reforma y buscar una sala de fiestas que ya no existe pero que recuerdo de mi niñez… Voy al centro, y en mi paseo lo que estoy sintiendo en realidad es lo que viví y sentí en mi infancia.

Mono propiedad de la artista; anillos de Cartier, cartier.mx.

T México: Pronto podrás volver a sentirlo, porque regresas a Ciudad de México y a Guadalajara…

A.: Sí, volvemos con Fangoria y es una maravilla, para nosotros ir a México siempre es un plus.

T México: Aparte de las dos actuaciones, ¿te quedarás más tiempo para ver a alguien o hacer algo especial?

A.: Siempre que voy me quedo un poco más. Es una especie de ritual. Los amigos que vienen con nosotros me dicen que soy muy pesada, que siempre hago lo mismo. Lo que me ocurre cuando voy a ver algo nuevo, es que no encuentro mis referencias. Sí, muy bonita esta discoteca, o esta zona de edificios, o este gran almacén… Pero eso no es lo que yo voy buscando.

T México: Entonces, ¿qué buscas?

A.: Siempre recorro los mismos sitios, el centro histórico, La Lagunilla, que es el rastrillo de los domingos, los mercados de artesanías, las colonias Roma y Condesa. El camino que hacía con mi madre siendo niña, las librerías, los cafés… Voy también a la lucha libre. Esas son las cosas que me interesan de mi México. Por supuesto, hay otro México moderno, pulsante, pero no es el mío.

T México: Ahora que vas a regresar, ¿cómo ha evolucionado tu relación con el público mexicano?

A.: Esa pregunta la podrían responder muchos artistas, que siempre que actúan en México por primera vez alucinan, se llevan una gran sorpresa con la acogida. El público mexicano es de una fidelidad inquebrantable, y te lo digo yo que, durante muchos años no se editaron allí nuestros discos. A pesar de ello, la gente seguía comprando nuestros discos de importación. Es un público que aprecia al artista. Cuando les gusta, les gusta de verdad, y hacen lo posible por seguirlo. Es un público increíble. De hecho, me encanta ir a ver conciertos de otros artistas allí. Me acuerdo de estar viendo a Miguel Bosé alguna vez, de ver incluso al grupo de Mario, Las Nancys Rubias, y observar la reacción de los seguidores. Es un espectáculo, una maravilla.

T México: ¿Hay algo que eches de menos de México en España, algo imposible de suplir?

A.: No hay nada que eche en falta de México aquí porque ya lo tengo. Ahora mismo estoy charlando contigo en la casita que tenemos en las afueras de Madrid, y tengo enfrente artesanía huichol, mis paredes están decoradas con láminas de artistas mexicanos, veo el color, los colores de mi infancia. No necesito que nadie me ponga México mainstream para que yo lo pille. México va conmigo siempre.

Capa de Mans, masconceptmenswear.com; collar de Alex Sobrón Jewelry,
alexsobronjewelry.com

T México: ¿Y vivir en México? ¿Nunca te lo planteaste?

A.: Sí, hubo momentos en los que me lo planteé, vivir a medio camino entre México y España. Eso, probablemente, sería mi nivel de perfección absoluto. De hecho, hubo un tiempo que viví allí, que tuvimos casa y que estuve cerca de conseguirlo. Obviamente, para ello te buscas tus proyectos. En mi caso fue una telenovela mexicana de vampiros en la que iba a trabajar…¡Imagínate qué fantasía! Pero aquello no salió. Yo me veía viviendo entre los dos países, que era lo que siempre me ha gustado.

T México: ¿A Mario también?

A.: En mi entorno familiar, digamos que tengo un marido que es de tierra absoluta. Más de 15 días fuera de su casa y a Mario le da un jamacuco. Entonces, esa no es una posibilidad real para mí.

T México: La telenovela de vampiros no pudo ser, pero seguro que como espectadora tienes referencias cinéfilas que revisitas a menudo.

A.: Qué buena pregunta, son muchas. Por ponerte un ejemplo de dos polos opuestos, vuelvo muchas veces a La matanza de Texas, la original de Tobe Hooper de 1974, y a Qué bello es vivir, de Frank Capra.

T México: Dos películas completamente opuestas. ¿Eres muy de extremos?

A.: No, no soy de blanco o negro. Ni siquiera soy de gama de grises… ¡Mejor una gama enorme de colores, de muchos colores!

T México: ¿Algo más que revisites en bucle?

A.: Ahora que tenemos la posibilidad de ver lo que queramos, a la carta, cuando a Mario le toca estar fuera de concierto y no está en casa, me hago un maratón y me veo todos los Alien, por ejemplo. Ahora mismo, sin ir más lejos, mi marido y yo hemos vuelto a Twin Peaks. Cuando estrenaron la tercera parte, volvimos a ver todas, la una, la dos, la película, el libro de Mark Frost… ¡Todo! Hay cosas maravillosas por descubrir, pero a mí me encanta volver.

T México: ¿Y qué hay de volver al cine mexicano?

A.: Volvería siempre a las grandes divas mexicanas. Me encanta el llamado cine de rumberas, de ficheras, que reflejaba la vida nocturna, la mala vida de Ciudad de México. O las películas de Emilio El Indio Fernández. De [Luis] Buñuel, por ejemplo, las únicas películas que me interesan son las de su etapa mexicana como El ángel extreminador o la que habla del asceta Simón el Estilita. Tiene maravillas que son impagables.

T México: Alaska la estrella, la que recorre los escenarios, la que viaja a México a dar conciertos… ¿Has aprendido a dosificarte para que no pese demasiado la fama, en la que llevas subida tantísimos años?

A.: No, no, no. Has dicho algo genial, te lo agradezco enormemente, pero la de ser una estrella no es mi realidad. Si me plantas ahora mismo en una calle de Singapur, me conocen allí los cuatro españoles o los mexicanos que haya, punto. Por lo tanto, tengo una fama bastante fácil de asumir. Tengo muchas posibilidades de escaparme del mundo. Si yo ahora mismo voy a Grecia, puedo ir a mi aire, ir sola y que no me pare por la calle absolutamente nadie.

T México: Pero en tu carrera ha habido momentos más estelares.

A.: Yo no hago nada, ni activo ni pasivo, por estar o no estar. En la historia de Fangoria, y en la mía en particular, ha habido decisiones artísticas que hemos tomado y que la industria nos decía que estábamos locos. Sin embargo, sabíamos que era la decisión correcta. Si te mantienes, te mantienes, y si no, no es grave. Obviamente, lo ideal es estar siempre a tope de trabajo y que te sigan masivamente; no por nada, sino porque nos gusta ir a México y, si no te va bien, es difícil que te lleven allí a tocar. Eso es así.

T México: ¿Alguna vez imaginaste que tu vida sería como está siendo?

A.: Pues debió ser que sí, porque si yo a los 14 años tomo una determinación muy clara, que es dejar de estudiar para centrarme en el grupo Kaka de Luxe, negándome a llevar una doble vida de ir al colegio por las mañanas y a cambiarme por la tarde para ensayar, es porque lo tenía claro. No es que fuera una visionaria, pero sí tomé mi propia decisión, y eso me ha llevado a estar donde estoy.

Vestido de Jean Paul Gaultier, jeanpaulgaultier.com; salones de Aquazzura, aquazzura.com; guantes de Guante Varadé, varade.com. El modelo lleva calzones y botas de Dsquared2, dsquared2.com; collar de Alex Sobrón Jewelry.

T México: O sea, que te reconoces. ¿Por qué es importante conocerse y reconocerse?

A.: Porque es la única manera de no perderse. Antes hablábamos de esa gran bola de referencias, y te tienes que seguir reconociendo en todas ellas. Yo sigo viendo Star Trek y sé lo que sentía a los 6 años cuando la veía. Y luego están las búsquedas que tú vas haciendo en tu vida, más profundas algunas veces, y menos otras.

T México: Hablando de reconocerse, ¿te reconociste en la serie de la MTV Alaska & Mario? ¿Eres tú realmente?

A.: Cuando hago algo, confío plenamente en el equipo. Cuando hacíamos el reality, nosotros quedábamos para verlo con todos, hacíamos merendola, poníamos la MTV y lo veíamos sin saber cómo había quedado.

T México: Reconocerse es importante, ¿y verse reconocida?

A.: Todos tenemos un trozo de ego, el que sea, y nos gusta que lo que consideramos que está bien, lo que hacemos, sea reconocido. Más allá de eso, el reconocimiento te permite una vida más cómoda. Cuantos más te reconozcan, mayores son las posibilidades a la hora de hacer cosas. Cuanto más reconocimiento, más conciertos, mejor equipo y todo mucho más fluido. ¿Que no se puede? Eso ya lo hemos vivido, es bastante pesadito, pero tampoco pasa nada.

T México: ¿Cómo van los preliminares del nuevo disco?

A.: Pues eso, en preliminares. No puedo contarte nada porque no lo sabemos ni nosotros. De momento estamos haciendo una selección de las canciones, y con quién las vamos a producir, pero es una fase tan inicial que ni siquiera tenemos un título.

T México: Eso que hubieras querido hacer y nunca hiciste es…

A.: Es mentira. Te diría un montón de cosas, pero resulta que, si no las he hecho, por algo habrá sido. Cuando cumplí los 50, de repente, dije: “Caray, ¿qué ha pasado aquí? Todo eso que yo iba a hacer, ¡ya no me da tiempo!”. Cuando cumplí los 60, peor aún. Me hubiera encantado ser campeona de culturismo, haber terminado la carrera de Historia, vivir a caballo entre México y España… Seguramente, si he puesto otras cosas por delante es porque tenía que ser así.

T México: Has declarado que, en otra época, entendiste que todo era posible, hablabas de bisexualidad cuando nadie se atrevía a hacerlo, exhibías sin concesiones tu concepto estético, defendías la diversidad… Y tantas y tantas cosas que abrían camino a lo que hoy empieza a normalizarse.

A.: Hoy en día, hasta para la sexualidad tienes que definirte con unas siglas. Nosotros, hace cincuenta años, al no tener normas, ni etiquetas, éramos mucho más libres para buscar, para pensar, para decidir… Ahora es maravilloso ver cómo aquello que entonces chocaba se está normalizando en algunos estratos de la sociedad, en manifestaciones artísticas… Que Wendy Guevara ganara La casa de los famosos significa que una millonada de mexicanos, que a lo mejor están en un pueblito recóndito, saben que eso existe. Pero que conste que yo no pretendía convencer a nadie de nada, no me siento abanderada de ninguna causa, era yo y ya está.

Body de Emilio Cavallini, emiliocavallini.com; guantes de Guante Varadé; salones de Alexander McQueen, alexandermcqueen.com

T México: ¿Cuál ha sido tu mayor éxito?

A.: Que tú y yo estemos hablando, que desde los 14 hasta los 62 me hayan pasado tantas cosas, que yo esté aquí, que la vida continúe, que esté hablando de sacar nuevo disco, que voy a ir a México… Hacer en el día a día lo que me gusta.

T México: ¿Hay espacio al miedo entre tanto logro?

A.: Básicamente, soy miedosa. Es más, tengo que luchar para que el miedo no me coma, que no me pueda. Aunque no lo parezca, mi primera reacción ante casi todo es de miedo, es una de las cosas que más me atenazan.

T México: No hace mucho has hecho una canción con Aitana. ¿Hay talento hoy en día?

A.: ¡Pero claro que sí! Es horrible escuchar a algunas personas de mi edad que dicen que solo en los 80 se hacía buena música. Fue un momento muy influyente porque la industria discográfica bullía, pero hoy también hay de todo, bueno y malo. Eso sí, hay que salir a buscarlo. Mi madre siempre sabrá quién es Loquillo porque salía en la tele, ahora cada uno tiene que ir a buscar lo que le gusta. No todo es Bad Bunny (que me encanta, por cierto).

Vestido de Balmain, balmain.com; anillos de Cartier.

T México: El 13 de junio cumpliste 62 años. ¿Algún problema con la edad?

A.: No, con estas edades aún no, ya veremos más adelante. A mí, la ancianidad, me preocupa bastante, aunque no lo pienso mucho. Esa estampa de Las chicas de oro que todos tenemos en mente, que vamos a estar todos los amigos reunidos en la cocina comiendo helado, es mentira. Primero, porque la mitad de los amigos no estarán, y la otra mitad no podrá llegar a la cocina. El día en el que alguien venga a darme un caramelito, hablándome como si fuera un bebé… No sé cómo voy a reaccionar. Así que iremos viendo y actuando en consecuencia.

T México: Aparte de que sabemos que consideras a tu madre, América, una fuerza de la naturaleza, queremos saber cómo ves el futuro con los dos hombres con los que has compartido tu vida Mario Vaquerizo, con el que llevas 26 años, y Nacho Canut, tu compañero y amigo en Fangoria, una de las bandas de tu vida.

A.: Mario y yo somos completamente distintos, pero compartimos un mundo muy grande, tanto a la hora de disfrutar como trabajando. Además, nos gustamos, así que la fórmula es perfecta. Hay algo entre nosotros que no se puede racionalizar, que lo tienes, o no lo tienes. Y nosotros lo tenemos. Nos va bien juntos… ¡Ojalá sea para siempre!

T México: ¿Crees en el amor eterno?

A.: Yo comento las revistas del corazón en la radio, y me produce muchísima ansiedad cada vez que se separa una pareja de estas que llevaban toda la vida juntos. Pienso: “Si se separan cuando eran la pareja perfecta, hechos el uno para el otro, significa que puede pasar…”. ¡Qué horror!”.

T México: ¿Cuál es tu relación con Nacho Canut?

A.: Dentro de dos años cumpliré 50 que con Nacho, en distintos niveles de profundida, pero celebrando que hemos encontrado nuestro lugar en el mundo juntos y que funcionamos a la perfección.

T México: El documental de Movistar + que habla sobre tu vida, Alaska Revelada, nos plantea una última duda. ¿Revelada (con ‘v’) o rebelada?

A.: Con ‘v’ siempre, lo de la ‘b’ no lo entiendo, nunca ha ido conmigo rebelarme, no va por ahí la cosa.

Alaska lleva vestido de Ernesto Naranjo, ernesto-naranjo.com; anillos de Cartier; el modelo (con máscara) lleva medias de Calzedonia, calzedonia.com; el modelo (con sombrero) lleva calzones y botas de Dsquared2.

Cuestionario breve

Alaska en pocas palabras

T México: ¿Qué necesitas para ser feliz?

Alaska: Que me dejen mi espacio.

T México: Eres adicta a “la comida golosa y loca”. ¿Por ejemplo?

A.: Pues mira, como va para México, sopes, quesadillas, chicharroncitos, cacahuates japoneses…

T México: ¿Cuándo fue la última vez que dijiste: “Quién me manda meterme en esto”?

A.: Siempre que intermedio en las relaciones personales de mis amigos.

T México: ¿En qué eres realmente buena?

A.: En nada. Me encantaría saber lo que significa ser bueno en algo, pero no es mi caso. Pongo intención en el bricolaje, en la jardinería… Pero no soy buena en nada. Soy aprendiz de todo.

T México: No puedes soportar…

A.: Que me impongas tu discurso.

T México: ¿Eres de las que alimentan la lista de espera de los terapeutas, o tú te lo guisas y tú te lo comes como puedes?

A.: Yo me lo guiso y yo me lo como, pero no como puedo. Intento hacerlo bien.

T México: Te equivocaste hasta el fondo…

A.: Cuando no he roto determinadas relaciones personales y laborales a tiempo y las he alargado demasiado.

T México: ¿Qué le está pasando al mundo?

A.: Nada. Es el mundo. Que tiene humanos, eso es lo que le pasa al mundo.

T México: Jamás te atreverías a…

A.: A saltar en parapente, hacer puenting, subir a una montaña rusa, ir en avioneta.

T México: ¿Lo primero que piensas por la mañana?

A.: ¿Hice anoche la lista de lo que tengo que hacer hoy? Sí.

T México: Esa anécdota sobre un escenario con la que sacarnos una sonrisa.

A.: Pues caerte de culo contra la pantalla de video y quedarte ahí encajada con las piernecitas hacia arriba como una mosca moribunda.

T México: Perdón, por favor, gracias. ¿Eres de las que utilizan estas expresiones en desuso?

A.: Las utilizo todas, y son las normas básicas de la convivencia.

T México: Lo más complicado de tu profesión es…

A.: Para la mayoría de la gente es un problema no saber qué va a pasar mañana y estar cada día en un sitio diferente. ¡A mí me encanta!

T México: ¿Cuál es el legado de Alaska?

A.: No lo sé. Ahí están las obras, aunque a mí lo que más me gusta son las entrevistas. Me encantan muchos artistas obviamente por su trabajo, pero más aún por las entrevistas que hacen y cómo las hacen, espero que sea lo mismo conmigo.

Asistente de fotografía: Héctor Fraile; asistente de estilismo: Victoria Izaguirre; maquillaje y peluquería: Víctor Meresco; modelos: Manu Seco, Aarón Santos (con máscara); transformista: La Prohibida; fisioculturista: Carmen Peñalver; esqueleto: Carlos Montes; producción: Ángela del Val.


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