
Redacción T Magazine México
En el corazón de la Roma Norte, Chuí funciona como un respiro: una terraza-jardín que mezcla especies tropicales con plantas nativas y, al centro, una cocina que piensa en torno al fuego —horno, leña, humo—. La propuesta prioriza verduras en su punto y técnicas de fermentación y conservación que amplifican sabores sin etiquetas: legumbres, quesos de origen trazable y hongos cultivados en un refrigerador dedicado sostienen un perfil de cocina preciso y honesto.
La temporalidad no es discurso sino método. La carta se ajusta a la disponibilidad real del mercado y del huerto, con el objetivo de servir cada ingrediente en su mejor momento. La trazabilidad se vuelve criterio editorial: saber de dónde viene lo que llega a la mesa y por qué sabe como sabe.

En cocina, Rodrigo Vázquez lidera la operación tras pasos por el Hotel Alvear y Hotel Faena (Buenos Aires) y una etapa en Bocas del Toro (Panamá). Lo acompaña Kenyi Heanna —chef ejecutivo— con raíces japonesa, hawaiana, italiana y española, y experiencia en Kokkeriet (Copenhague), Gioia (Hyatt Buenos Aires, plant-based), Park Hyatt y Llao Llao (Bariloche). Su lenguaje compartido: honestidad del producto, técnica de fuego y respeto por la estacionalidad.


Reconocido por su cocina contemporánea, Chuí llega a la Ciudad de México como evolución natural de su identidad porteña —mención especial en la Guía Michelin y 50 Best Discovery— y establece un puente gastronómico entre dos capitales latinoamericanas. Una mesa vibrante, pensada para compartir, donde la naturaleza no es escenario sino protagonista.