Por Alfonso Parra
Aunque Siembra Comedor (abierto en el año 2022) es el más reciente emprendimiento gastronómico de Karina Mejía e Israel Montero, es también la continuación del que ha sido su motor a lo largo de los últimos años: promover el rescate del maíz criollo al tiempo que rinden tributo a los diversos ingredientes mexicanos de temporada, algo que comenzó en 2019 con Siembra Taquería —una tortillería que incluía molino y proceso de cocido propio—, en un pequeño local en el número 256 de la calle Isaac Newton, en la Ciudad de México. Tras convertirse en uno de los lugares preferidos por los habitantes del barrio (y de otras partes de la ciudad) dio paso a la apertura de Siembra Comedor, permaneciendo la primera ubicación exclusivamente como taquería.
Hoy, sentarse a comer en la esquina de Ejército Nacional e Isaac Newton, en la colonia Polanco de la capital mexicana, es un verdadero placer: los platillos que allí se sirven muestran el más absoluto respeto a los sabores de la tierra. “Es una experiencia que apela a la sencillez y a lo rústico de la cocina, que se proyecta con una cocción a las brasas o al carbón, en la textura de una salsa molcajeteada y la crocante sensación de una tortilla dorada lentamente en un comal para intensificar su sabor y acompañar un taco o un suculento plato de mole”, señala Mejía.
En su menú, pueden encontrarse delicias como un aguachile de callo bañado con limón y acompañado de cebolla morada, chile chiltepín y pepino, o la pesca del día con un mole verde, tortillas y frijoles. Para ambos es muy importante promover el consumo responsable y sostenible de productos endémicos, objetivo que logran gracias al comercio justo de insumos cultivados con principios de bajo impacto ambiental.
Montero, nacido en Caracas, pero mexicano de corazón, ha apostado siempre por el rescate de las tradiciones ancestrales que trata de fusionar con la gastronomía contemporánea. Mejía, nacida en la Ciudad de México, ha formado parte de proyectos siempre relevantes. “Nos conocimos en 2012, en la cocina de Kaah-Siis”, recuerda Mejía, “un restaurante en Polanco que me llamó la atención por su propuesta de cocina de producto y donde Israel era el chef. Fui a pedir trabajo sin imaginar que esa decisión cambiaría mi vida. Fue amor a primera vista. A veces, nos preguntan cómo es trabajar en pareja, cómo se cocina una vida compartida dentro y fuera de la cocina, y te diría que no hay una receta exacta. A nosotros nos ha tomado tiempo encontrar nuestro equilibrio, pero si algo nos sostiene es el respeto, la confianza, y el espacio para que cada uno tenga su momento y contemplando un fin común”, explica.